Expediente de Akashiya Moka

Moka es hija única de Akashiya Korein, una vampiresa pura sangre cuya familia tenía un alto renombre entre los círculos infernales. Su padre, un demonio mayor de nombre Hades la tomó como tercera esposa, teniendo así un total de cuatro hijas, todas ellas mestizas entre demonio y vampiro. Shuzen Akua, la primogénita, fue la más cercana a la pequeña Moka hasta que desapareció sin dejar rastro al igual que Shiyuzen Karua, la segunda hija. Mientras tanto Korein acogió como su propia hija a Shuzen Kokoa, también descendiente de Hades pero cuya madre, amiga íntima de Korein, murió durante el parto. En cuando a Hades se sabe que fue un comandante de las fuerzas de Mundus y uno de los primeros que le apoyó en su cruzada contra el mundo humano. Según se dice pereció a manos del traidor Sparda pero jamás se encontró su cadáver. No obstante antes de partir a la batalla selló los poderes de su tercera hija, y con diferencia la más poderosa, mediante un relicario con forma de cruz que creó con sus propias manos, hecho a base de oro blanco y ónix junto a un rubí de orihalcón en su centro, símbolo de su poder como sello. En lo referente a su familia la relación con su padre ha sido siempre nefasta, antes de que Sparda lo asesinara Moka ya había planeado miles de formas para darle muerte. Su relación con sus hermanas durante la infancia fue de ensueño, era la favorita y sus tres hermanas le demostraban un gran afecto. Sin embargo tras la muerte de Hades la primogénita, Akua, desapareció, abandonando así a la familia sin dar explicaciones mientras que Karua hizo lo mismo, apareciendo años después con la intención de matar a Moka, dejando el encuentro en un empate en el que ambas resultaron heridas gravemente. En lo que respecta a Kokoa, su hermana menor, siempre ha sido protectora con ella a su manera mientas que la pequeña pelirroja parece haber desarrollado una especie de amor platónico por la forma verdadera de la Akashiya. El último miembro de su familia, Kyrios, ha sido y será siempre un hermano para ella. No le importa que el albino ya no sea entero dueño de su propio cuerpo y hará lo que sea necesario por él.