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A flower, but more beautiful | Priv. Celes Rudenberk
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Anime Fans Roll :: Escuela :: Aulas
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A flower, but more beautiful | Priv. Celes Rudenberk
Era un poco molesto, solamente un poco. Donde viera a mi alrededor, vería exactamente lo que ya sabia, las personas a mi alrededor era aburrida, nada interesante, sus actos eran comunes, sin gracia. En el poco tiempo que había estado en esta clase, todo parecía aburrido, excepto la clase en sí, mi cuaderno estaba lleno de apuntes que el catedrático había dado en su "breve" explicación sobre las Leyes de Isaac Newton. Unos pocos minutos, comenzó con otra suave explicación, esto era básico, no requería mucho uso de intelecto, solamente escuchar lo que el decía. Terminando la clase, como era de costumbre, todos salieron corriendo, siempre era lo mismo, era aburrido, el catedrático salió con una suave expresión de alegría al salir vivo de aquella aula.
Entre los últimos, recogí mis cosas, metiendo con cuidado mis apuntes. Usualmente era una de las pocas cosas que ma atesoraba, después de todo, de aquello dependía mi examen, saque mi celular sin que nadie lo notará, tenía varios E-mails, más los vería cuando fuera la hora de receso. Me coloque mi mochila a un lado, salí de aquella aula, ahora debía de ir al salón de Ciencia, especialmente, trato de botánica. Casi nadie llegaba allí, solamente estudiantes que teníamos "paciencia", no exactamente que hacer todo ese trabajo fuera difícil, pero nuestro "Sensei" era demasiado troll, pasando de estar feliz a ser muy dramático, aunque ya había formado una cadena de sus actos, era de vez en cuando "interesante" ver como subía el ánimo.
Pase por varios salones, escuchando gritos especialmente de las damas de grados inferiores, como siempre esboce una sonrisa para ellas, aunque no estaba muy interesado en el hecho de tener a alguien, ellas seguían allí. Eso me recuerda, que hoy cuidaré las flores de Nilo, casi nadie sabe el verdadero significado de ellas, el cual podría interpretarse como: "Te amo", aunque eso también puede significar muchas cosas, depende el momento, la oración y quien este entregándoselo a quien.
¿Qué tipos de pensamientos eran esos?, me reproche mentalmente. Durante la trayectoria hacia el salón de Ciencia, saque mi bata blanca de mi mochila mientras me la colocaba, debía de llegar con ella, de lo contrario no tenía autorizado entrar, además, había escuchado que hoy llegaría una nueva integrante. Me preguntaba quien sería, pero en sí estaba mucho más interesado en saber la personalidad de aquella persona, entre tanto pensamiento, finalmente llegué al laboratorio. Tome mi tarjeta, ingrese mi PIN, una vez está se abrió, entre de inmediato. Coloque mi mochila en un lugar especial de mi espacio para trabajar, así note aquellas flores que cuidaba enfrente de mi, aunque esas flores fueran un proyecto a largo plazo, debía e vigilar cada día, sí está tenia el más mínimo más cambio, parecía aburrido, pero ver algo crecer y cambiar era más interesante de lo que se pensaba.
O también cambia la posibilidad que veía interesantes cosas que mis amados humanos jamás notarían, después de todo, son mis humanos. También se le podía caracterizar de dos formas, podían ser "interesantes" o simplemente "aburridos", es una línea muy delgada, no necesito mucho para poder descifrar a alguien, simplemente su mirada me dirá aquello que está pensando, siempre es así, siempre lo será. De inmediato, tome los apuntes más importantes de aquella flor, suspiré levemente, estaba un poco cansado, aunque soy de sueño ligero. Jugar "Ajedrez" mi contra mi, es todo un desafió mortal. Tome asiento en mi silla, así notando que nuestro Catedrático encargado había ya dejado el nuevo trabajo, más era algo que no me esperaba, su experimento era hacer primero una hipótesis sobre una flor, intentar la planificación y por último comprobarlo. Este tipo, no solamente se mantenía coqueteando con estudiantes de grado inferior y mayor, sino que nos dejaba demasiado trabajo, me incline un poco para atrás en mi silla, así colocándome mis gafas, sería una tarde larga, muy larga, pero no me perdía de nada, después de todo estaba lloviendo fuertemente. Saque mi lapicero para comenzara plantear alguna hipótesis.
Aun me preguntaba: ¿Qué personalidad tendrá la nueva flor del laboratorio?, pronto lo sabría. Solamente esperaba que no se marchitará con rapidez.
Ya muchas veces, flores de todos colores había venido a este frío laboratorio, más ninguna sobrevivía, siempre se marchitaban con facilidad. Note algo en mi escritorio, estaba un portafolios, de seguro sería de nuestro catedrático, lo ignoré, después de todo, no me imaginaba nada sano que pudiera tener aquel portafolio, me concentre, el trabajo había comenzado a sonar interesando, miré el reloj, eran las 3:14 PM, aun era temprano, comencé a perder una vez más en mis pensamientos, salían muchos de ellos, hipótesis, cosas sin sentido, mi mente era un revoltijo, poco a poco el trabajo fue avanzando. Al poco tiempo, había terminado ya la primera parte, miré el reloj, eran las 3:35 PM, fue realmente rápido, sino estaba mal la nueva flor llegaría a las 4:05 PM, así que debía comenzar a prepararme, debía darle un tour, así ella decidiría si sobrevivir o marchitarse, e irse.
Entre los últimos, recogí mis cosas, metiendo con cuidado mis apuntes. Usualmente era una de las pocas cosas que ma atesoraba, después de todo, de aquello dependía mi examen, saque mi celular sin que nadie lo notará, tenía varios E-mails, más los vería cuando fuera la hora de receso. Me coloque mi mochila a un lado, salí de aquella aula, ahora debía de ir al salón de Ciencia, especialmente, trato de botánica. Casi nadie llegaba allí, solamente estudiantes que teníamos "paciencia", no exactamente que hacer todo ese trabajo fuera difícil, pero nuestro "Sensei" era demasiado troll, pasando de estar feliz a ser muy dramático, aunque ya había formado una cadena de sus actos, era de vez en cuando "interesante" ver como subía el ánimo.
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O también cambia la posibilidad que veía interesantes cosas que mis amados humanos jamás notarían, después de todo, son mis humanos. También se le podía caracterizar de dos formas, podían ser "interesantes" o simplemente "aburridos", es una línea muy delgada, no necesito mucho para poder descifrar a alguien, simplemente su mirada me dirá aquello que está pensando, siempre es así, siempre lo será. De inmediato, tome los apuntes más importantes de aquella flor, suspiré levemente, estaba un poco cansado, aunque soy de sueño ligero. Jugar "Ajedrez" mi contra mi, es todo un desafió mortal. Tome asiento en mi silla, así notando que nuestro Catedrático encargado había ya dejado el nuevo trabajo, más era algo que no me esperaba, su experimento era hacer primero una hipótesis sobre una flor, intentar la planificación y por último comprobarlo. Este tipo, no solamente se mantenía coqueteando con estudiantes de grado inferior y mayor, sino que nos dejaba demasiado trabajo, me incline un poco para atrás en mi silla, así colocándome mis gafas, sería una tarde larga, muy larga, pero no me perdía de nada, después de todo estaba lloviendo fuertemente. Saque mi lapicero para comenzara plantear alguna hipótesis.
Aun me preguntaba: ¿Qué personalidad tendrá la nueva flor del laboratorio?, pronto lo sabría. Solamente esperaba que no se marchitará con rapidez.
Ya muchas veces, flores de todos colores había venido a este frío laboratorio, más ninguna sobrevivía, siempre se marchitaban con facilidad. Note algo en mi escritorio, estaba un portafolios, de seguro sería de nuestro catedrático, lo ignoré, después de todo, no me imaginaba nada sano que pudiera tener aquel portafolio, me concentre, el trabajo había comenzado a sonar interesando, miré el reloj, eran las 3:14 PM, aun era temprano, comencé a perder una vez más en mis pensamientos, salían muchos de ellos, hipótesis, cosas sin sentido, mi mente era un revoltijo, poco a poco el trabajo fue avanzando. Al poco tiempo, había terminado ya la primera parte, miré el reloj, eran las 3:35 PM, fue realmente rápido, sino estaba mal la nueva flor llegaría a las 4:05 PM, así que debía comenzar a prepararme, debía darle un tour, así ella decidiría si sobrevivir o marchitarse, e irse.
Izaya- Gran Otaku
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Fecha de inscripción : 08/09/2012
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Re: A flower, but more beautiful | Priv. Celes Rudenberk
Este día me había despertado muy temprano a la mañana, hoy comenzaban mis primeras clases.
Comencé mi día en la ducha bajo agua fría para despertar y despejar mis ideas... despertar con una mañana clara y fresca ayudará a que pueda entrar a clases con un humor bastante relajado y no tan analítica terca en cae profundamente en mis pensamientos. Debo prestar atención en mis clases, esa es la meta que me había propuesto la noche anterior después de haber organizado precisamente y cuidadosamente mi ropa, cuadernos, algún par de bolígrafos y mis sombrilla. Algo muy importante sería el tratar de evitar los rayos del sol a toda costa.
Continué arreglándome y vistiendo uno de mis vestidos negros acampanados... algo corto con un par de vuelos y terminaciones en color blanco que terminaban por encima de mis rodillas. Un par de medias bucaneras que terminaban encima de mis rodillas con una puntilla blanca por donde pasaba un lazo para ser sutilmente sujetadas. De esta forma no expondría mi piel a la vista de quienes me rodearan. Mis zapatos los había elegido por comodidad y seguridad; para ello, tomé el par que había comprado hace poco tiempo atrás y solo había podido usar en dos o tres ocasiones. Llevaban dos lazos que se amarraban en la zona de mis tobillos para sujetar mis pies a ellos y no permitir que mis pies resbalaran o que pudieran salirse; tenían unas plataformas sobe la parte de la suela delantera de los mismos para hacer que mi paso sea suave y blando. No muy exageradas como solían usarse pero algo notorias; y un tacón cuasi fino, lo suficientemente delicado y elegante. Encima y como decoración o detalle, habían dos pequeñas moñas blancas. Mi dorso en cambio, estaba cubierto por parte de mi vestido, con botones hacia el frente simulando una camisa. Un cuello con un volado por donde pasaba mi corbata roja, y finalmente encima de todo, mi chaqueta negra con detalles en blanco. Sobre mi cabeza, detrás de mi flequillo, cubrí y sujeté mi cabello con un lazo blanco del cual caían dos moñas hacia los costados y consigo, dos monísimos cascabeles (éstos, eran unos cascabeles especiales, eran silenciosos al oído humano, pero para mí, eran el único vínculo y la única forma de hacer que Mii-chan estuviera al tanto de mi. Las ondas de sonido de los cascabeles le revelarían constantemente a Mii-chan mi ubicación precisa dentro del instituto en caso de que algo ocurriese). El resto de mi largo, oscuro y ondeado cabello, lo había amarrado con dos colitas negras para que no se notaran.
Había pintado mis uñas de negro así mi piel blanca resaltaría y me harían ver aún más pálida. El cuidado de mi piel era importante, y cuanto más blanca me viese, menos atención prestarían al rojizo color de mis ojos. Era una forma de poder evitar cualquier pregunta que no pudiera responderle correctamente a los humanos del lugar.
Espolvoreé una de mis fragancias favoritas ("Rosas rojas y Duraznos" que combinaban el delicioso aroma de las rosas rojas, con la dulzura del durazno) sobre mis prendas tanto como a ambos lados de mi cuello y muñecas, y bajé a la sala para tener mi desayuno. Mii-chan estaba esperándome firmemente encima de la mesa con todo el desayuno extendido sobre ella. Pan y jaleas, miel, té, pequeños pastelillos dulces... servilletas y cubiertos; y todo se veía sumamente exquisito. Tomé asiento y desayuné de forma muy tranquila, Mii-chan me acompañó.
Minutos más tarde, después de haber higienizado mis dientes, cargué mi portafolio con mi mano derecha para darle lugar a la izquierda a que pudiera sujetar mi sombrilla. Mii-chan me esperaba en la entrada para abrirme la puerta y tan pronto sucedió, la atravesé... tomé un gran aliento, abrí mi sombrilla y comencé a dar paso tras paso hacia la institución.
El día estaba tranquilo, las brisas eran muy frescas y ligeras. Cada roce que le daban a mi piel lo sentía como una grata caricia. Después de Mii-chan, probablemente el viento... era mi mejor compañero y aliado.
Ese roce, me había traído la fragancia de mis bellas rosas negras... eso me acompaño todo el camino hasta llegar junto con Mii-chan, quien no se había desprendido de mi después de haber dejado la casa.
Cuando llegue, nos esperaba un amplio portón en la entrada, caminé a través de él y entré al Instituto. Debía dar mi presentación en la sala del Director y luego pasar a la sala de profesores. Mis sentimientos por primera vez estaban algo desencontrados y alterados después de haber caminado por uno de los pasillos hasta llegar al staffroom. Muchos estudiantes y muchas voces, supongo que no era algo que soliera estar presente en mi vida cotidiana; de hecho, era todo lo contrario a lo que hasta el momento, había sido mi vida. Esto probablemente se notó una vez entré a la sala, pues los profesores al momento de mi presentación comentaron acerca de qué era lo que deseaba estudiar o en qué área me sentiría más cómoda para trabajar a gusto. De cierta forma a veces tener un par de padres ausentes pero de nombre algo reconocido y haber estudiado con profesores catedráticos de alto nivel para que sintiera gusto al estudio, en la soledad de las cuatro esquinas de una habitación dentro de la misma casa donde crecí y he vivido por todo este tiempo, tiene sus ventajas. No era una mente brillante, ni mucho menos un ser sobre-dotado… Aún tenía muchas asperezas qué pulir, pese a ello, tenía un encanto propio... mi propia forma de hacer las cosas y la eficacia en ello. Un juego de habilidades con una pizca de ingenio, otra gran cucharada de estudios tras estudios y lo más importante... el gusto e interés propio.
A todo eso, había respondido que... -"Si fuera posible, les agradecería si pudiera ser en un laboratorio donde pudiera trabajar a gusto y no hubieran tantos alumnos, más que algunos pocos que realmente estuvieran interesados y comprometidos. Por favor, y como última petición, si el laboratorio estuviera destinado hacia la botánica, estaría aún más agradecida con todos ustedes. Prometo dar mi mayor esfuerzo ya que estoy aquí para ello." Para mi fortuna, el profesor encargado de esa área se encontraba allí y me hizo saber que ya que había llegado temprano... un poco antes de la hora de mi presentación, él me enseñaría el laboratorio. Habiendo terminado de decirme eso, asentí con mi cabeza gentilmente y le seguí.
Mis sentimientos al llegar a la infraestructura, parecían fluctuar entre la tranquilidad y la ansiedad; desde el pico más alto de presión al más bajo de calma. Era tan interesante de observar... Había tomado una tarjeta de identificación que colocó en la puerta, marcó un PIN y abrió la puerta del laboratorio, pero lo más increíble estaba ante mis ojos una vez se abrió la misma. Era el paraíso de la botánica en un laboratorio. Especies raras de vegetación, especies que no se hallaban en los territorios cercanos, y otras importadas de terrenos muy lejanos. Había tantas que no conocía y deseaba ver...
Uno de mis cascabeles se movió e inmediatamente recordé recobrar mi postura... probablemente Mii-chan, quien se había quedado en el portón de la entrada, se había percatado de mi estado e hizo uno de sus maullidos, este se hubiera transportado hasta llegar a uno de mis cascabeles provocando que se moviera. Mi neutralidad había regresado y ya podía tomar las cosas como debían ser. El profesor tenía cosas qué hacer, por lo que me dejó dentro del laboratorio bajo su autorización de "si deseas comenzar a mirar, trabajar, investigar o cualquier otra cosa que sea de ocurrencia... puedes hacerlo, siéntete libre" cosas que tomé muy a pecho y no dudé en proseguir. Dejé mi portafolio encima de una de las mesas, saqué mi bata blanca, me la puse... luego mis lentes, una agenda y un bolígrafo... puse mi sombrilla debajo de la mesa y comencé a dar algunas rondas para ver y conocer más de lo que hacían allí. Habían algunos experimentos en proceso, otras especies solo dispersas allí y algo que llamó atención. Había una flor del Nilo, un Loto. Estaba tan perfectamente cuidada que no pude evitar fijarme en ella, no dudé en agentarla... un proyecto que quería seguir contemplando. Mi recorrido había proseguido convirtiéndose aquel laboratorio en una especie de selva amazónica... estaba impregnada de diferentes aromas, era algo muy interesante de contemplar. Tomé asiento y cerré mis ojos por un momento, solo quería estar allí.
Minutos más tarde sentí que la puerta había sido abierta, saqué el reloj de bolsillo que traía en mi chaqueta y miré la hora. Aún no marcaba la hora de mi presentación, por lo que no me impacienté y seguí estando allí. Amaba esa tranquilidad y la versatilidad del aire.
El tiempo pasó y mis sentimientos habían recobrado la pausa en la que debían hallarse constantemente... contemplé la hora una vez más... marcaban las 03:59 y a tan solo minutos de mi presentación, me paré de mi asiento, salí de ese lugar donde me hallaba y fui hacia el loto para echarle una última mirada antes de que los demás llegaran y debiera hacer mi presentación.
Tan pronto llegué había alguien sentado allí, trabajando. No se había percatado así que probablemente se hallara muy concentrado. Decidí no interrumpirle y me senté cerca de mis cosas, en una silla al lado de la mesa donde había depositado mi sombrilla y portafolio para quedarme a observar. Todo estaba tan callado, el ambiente era realmente relajado... enteramente agradable.
Comencé mi día en la ducha bajo agua fría para despertar y despejar mis ideas... despertar con una mañana clara y fresca ayudará a que pueda entrar a clases con un humor bastante relajado y no tan analítica terca en cae profundamente en mis pensamientos. Debo prestar atención en mis clases, esa es la meta que me había propuesto la noche anterior después de haber organizado precisamente y cuidadosamente mi ropa, cuadernos, algún par de bolígrafos y mis sombrilla. Algo muy importante sería el tratar de evitar los rayos del sol a toda costa.
Continué arreglándome y vistiendo uno de mis vestidos negros acampanados... algo corto con un par de vuelos y terminaciones en color blanco que terminaban por encima de mis rodillas. Un par de medias bucaneras que terminaban encima de mis rodillas con una puntilla blanca por donde pasaba un lazo para ser sutilmente sujetadas. De esta forma no expondría mi piel a la vista de quienes me rodearan. Mis zapatos los había elegido por comodidad y seguridad; para ello, tomé el par que había comprado hace poco tiempo atrás y solo había podido usar en dos o tres ocasiones. Llevaban dos lazos que se amarraban en la zona de mis tobillos para sujetar mis pies a ellos y no permitir que mis pies resbalaran o que pudieran salirse; tenían unas plataformas sobe la parte de la suela delantera de los mismos para hacer que mi paso sea suave y blando. No muy exageradas como solían usarse pero algo notorias; y un tacón cuasi fino, lo suficientemente delicado y elegante. Encima y como decoración o detalle, habían dos pequeñas moñas blancas. Mi dorso en cambio, estaba cubierto por parte de mi vestido, con botones hacia el frente simulando una camisa. Un cuello con un volado por donde pasaba mi corbata roja, y finalmente encima de todo, mi chaqueta negra con detalles en blanco. Sobre mi cabeza, detrás de mi flequillo, cubrí y sujeté mi cabello con un lazo blanco del cual caían dos moñas hacia los costados y consigo, dos monísimos cascabeles (éstos, eran unos cascabeles especiales, eran silenciosos al oído humano, pero para mí, eran el único vínculo y la única forma de hacer que Mii-chan estuviera al tanto de mi. Las ondas de sonido de los cascabeles le revelarían constantemente a Mii-chan mi ubicación precisa dentro del instituto en caso de que algo ocurriese). El resto de mi largo, oscuro y ondeado cabello, lo había amarrado con dos colitas negras para que no se notaran.
Había pintado mis uñas de negro así mi piel blanca resaltaría y me harían ver aún más pálida. El cuidado de mi piel era importante, y cuanto más blanca me viese, menos atención prestarían al rojizo color de mis ojos. Era una forma de poder evitar cualquier pregunta que no pudiera responderle correctamente a los humanos del lugar.
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Espolvoreé una de mis fragancias favoritas ("Rosas rojas y Duraznos" que combinaban el delicioso aroma de las rosas rojas, con la dulzura del durazno) sobre mis prendas tanto como a ambos lados de mi cuello y muñecas, y bajé a la sala para tener mi desayuno. Mii-chan estaba esperándome firmemente encima de la mesa con todo el desayuno extendido sobre ella. Pan y jaleas, miel, té, pequeños pastelillos dulces... servilletas y cubiertos; y todo se veía sumamente exquisito. Tomé asiento y desayuné de forma muy tranquila, Mii-chan me acompañó.
Minutos más tarde, después de haber higienizado mis dientes, cargué mi portafolio con mi mano derecha para darle lugar a la izquierda a que pudiera sujetar mi sombrilla. Mii-chan me esperaba en la entrada para abrirme la puerta y tan pronto sucedió, la atravesé... tomé un gran aliento, abrí mi sombrilla y comencé a dar paso tras paso hacia la institución.
El día estaba tranquilo, las brisas eran muy frescas y ligeras. Cada roce que le daban a mi piel lo sentía como una grata caricia. Después de Mii-chan, probablemente el viento... era mi mejor compañero y aliado.
Ese roce, me había traído la fragancia de mis bellas rosas negras... eso me acompaño todo el camino hasta llegar junto con Mii-chan, quien no se había desprendido de mi después de haber dejado la casa.
Cuando llegue, nos esperaba un amplio portón en la entrada, caminé a través de él y entré al Instituto. Debía dar mi presentación en la sala del Director y luego pasar a la sala de profesores. Mis sentimientos por primera vez estaban algo desencontrados y alterados después de haber caminado por uno de los pasillos hasta llegar al staffroom. Muchos estudiantes y muchas voces, supongo que no era algo que soliera estar presente en mi vida cotidiana; de hecho, era todo lo contrario a lo que hasta el momento, había sido mi vida. Esto probablemente se notó una vez entré a la sala, pues los profesores al momento de mi presentación comentaron acerca de qué era lo que deseaba estudiar o en qué área me sentiría más cómoda para trabajar a gusto. De cierta forma a veces tener un par de padres ausentes pero de nombre algo reconocido y haber estudiado con profesores catedráticos de alto nivel para que sintiera gusto al estudio, en la soledad de las cuatro esquinas de una habitación dentro de la misma casa donde crecí y he vivido por todo este tiempo, tiene sus ventajas. No era una mente brillante, ni mucho menos un ser sobre-dotado… Aún tenía muchas asperezas qué pulir, pese a ello, tenía un encanto propio... mi propia forma de hacer las cosas y la eficacia en ello. Un juego de habilidades con una pizca de ingenio, otra gran cucharada de estudios tras estudios y lo más importante... el gusto e interés propio.
A todo eso, había respondido que... -"Si fuera posible, les agradecería si pudiera ser en un laboratorio donde pudiera trabajar a gusto y no hubieran tantos alumnos, más que algunos pocos que realmente estuvieran interesados y comprometidos. Por favor, y como última petición, si el laboratorio estuviera destinado hacia la botánica, estaría aún más agradecida con todos ustedes. Prometo dar mi mayor esfuerzo ya que estoy aquí para ello." Para mi fortuna, el profesor encargado de esa área se encontraba allí y me hizo saber que ya que había llegado temprano... un poco antes de la hora de mi presentación, él me enseñaría el laboratorio. Habiendo terminado de decirme eso, asentí con mi cabeza gentilmente y le seguí.
Mis sentimientos al llegar a la infraestructura, parecían fluctuar entre la tranquilidad y la ansiedad; desde el pico más alto de presión al más bajo de calma. Era tan interesante de observar... Había tomado una tarjeta de identificación que colocó en la puerta, marcó un PIN y abrió la puerta del laboratorio, pero lo más increíble estaba ante mis ojos una vez se abrió la misma. Era el paraíso de la botánica en un laboratorio. Especies raras de vegetación, especies que no se hallaban en los territorios cercanos, y otras importadas de terrenos muy lejanos. Había tantas que no conocía y deseaba ver...
Uno de mis cascabeles se movió e inmediatamente recordé recobrar mi postura... probablemente Mii-chan, quien se había quedado en el portón de la entrada, se había percatado de mi estado e hizo uno de sus maullidos, este se hubiera transportado hasta llegar a uno de mis cascabeles provocando que se moviera. Mi neutralidad había regresado y ya podía tomar las cosas como debían ser. El profesor tenía cosas qué hacer, por lo que me dejó dentro del laboratorio bajo su autorización de "si deseas comenzar a mirar, trabajar, investigar o cualquier otra cosa que sea de ocurrencia... puedes hacerlo, siéntete libre" cosas que tomé muy a pecho y no dudé en proseguir. Dejé mi portafolio encima de una de las mesas, saqué mi bata blanca, me la puse... luego mis lentes, una agenda y un bolígrafo... puse mi sombrilla debajo de la mesa y comencé a dar algunas rondas para ver y conocer más de lo que hacían allí. Habían algunos experimentos en proceso, otras especies solo dispersas allí y algo que llamó atención. Había una flor del Nilo, un Loto. Estaba tan perfectamente cuidada que no pude evitar fijarme en ella, no dudé en agentarla... un proyecto que quería seguir contemplando. Mi recorrido había proseguido convirtiéndose aquel laboratorio en una especie de selva amazónica... estaba impregnada de diferentes aromas, era algo muy interesante de contemplar. Tomé asiento y cerré mis ojos por un momento, solo quería estar allí.
Minutos más tarde sentí que la puerta había sido abierta, saqué el reloj de bolsillo que traía en mi chaqueta y miré la hora. Aún no marcaba la hora de mi presentación, por lo que no me impacienté y seguí estando allí. Amaba esa tranquilidad y la versatilidad del aire.
El tiempo pasó y mis sentimientos habían recobrado la pausa en la que debían hallarse constantemente... contemplé la hora una vez más... marcaban las 03:59 y a tan solo minutos de mi presentación, me paré de mi asiento, salí de ese lugar donde me hallaba y fui hacia el loto para echarle una última mirada antes de que los demás llegaran y debiera hacer mi presentación.
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