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Casa de Rudenberk Celestia
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Casa de Rudenberk Celestia
["Al final de la calle principal, sobre una pequeña colina está mi casa... la casa donde he vivido estos 20 años, 15 años como una persona más de este mundo. Hija aburrida de una familia noble. Nada qué hacer, nadie quien esté allí para cuidar de mi más que mi mayordomo Mistler (actualmente convertido en gato). Faltaba emoción en mi vida hasta que surgió el giro de 180º. Muerte y reanimación; ahora tengo un oficio encantador... ser shinigami."]
Escribió en unas páginas de su nuevo diario en búsqueda de atar sus memorias al papel y no perderlas, después de todo tiene muchos años por "vivir". Terminado eso, hechó una mirada a través de la ventana desde el rincón más oscuro de su habitación. Las cortinas se mecían con la pasada del aire a través de las ventanas y Mistler yacía encíma de su escritorio custodiándola fielmente como en los viejos tiempos.
-Nee, Mii-san... ¿crees que esta noche suceda algo interesante? Ya hemos ido a darle la bienvenida a nuestra nueva vecina Vanilla, nos hemos cruzado con una chica que se disponía a visitarle de igual manera y aún no termino de conocer a cada una de las personas de esta ciudad como para saber a quién he de cuidar hasta que el día final llegue.
Siguió observando desde su habitación el ambiente para replantearse la idea de cómo abandonar su curiosidad como ex-humana, y centrarse en la nueva actividad asignada.
- Mii-san, Poker... apuestas... un shinigami ya no puede hacer eso, ¿cierto? Venga, iremos por caramelos
Partió hacia la cocina mientras bajaba una amplia escalera que daba a la sala principal en busca de sus dulces...
- Esto está vacío, se siente realmente solo. Susurró mientras observaba la casa.
Escribió en unas páginas de su nuevo diario en búsqueda de atar sus memorias al papel y no perderlas, después de todo tiene muchos años por "vivir". Terminado eso, hechó una mirada a través de la ventana desde el rincón más oscuro de su habitación. Las cortinas se mecían con la pasada del aire a través de las ventanas y Mistler yacía encíma de su escritorio custodiándola fielmente como en los viejos tiempos.
-Nee, Mii-san... ¿crees que esta noche suceda algo interesante? Ya hemos ido a darle la bienvenida a nuestra nueva vecina Vanilla, nos hemos cruzado con una chica que se disponía a visitarle de igual manera y aún no termino de conocer a cada una de las personas de esta ciudad como para saber a quién he de cuidar hasta que el día final llegue.
Siguió observando desde su habitación el ambiente para replantearse la idea de cómo abandonar su curiosidad como ex-humana, y centrarse en la nueva actividad asignada.
- Mii-san, Poker... apuestas... un shinigami ya no puede hacer eso, ¿cierto? Venga, iremos por caramelos
Partió hacia la cocina mientras bajaba una amplia escalera que daba a la sala principal en busca de sus dulces...
- Esto está vacío, se siente realmente solo. Susurró mientras observaba la casa.
Última edición por Celestia Rudenberk el Mar Sep 11, 2012 8:29 am, editado 1 vez
Re: Casa de Rudenberk Celestia
Ahora mismo estaba frente a una gran casa, no me imaginaba que era una hermosa mansión, solté un suspiro, viendo la casa atentamente. Cada hermoso detalle que tenia, siendo un estilo de la representación Gótica, aquellas paredes eran de uno de los materiales más antiguos, está cada a pensar de todo estaba en buen estado. Al parecer las personas de esta ciudad temen venir aquí, aunque yo he visto demasiadas cosas tétricas, asquerosas y repugnantes, más me parece irracional, que ellos estén aterrados de tan hermosa casa. Sonreí, está sería una hermosa velada.
Conmigo llevaba un delicioso pastel de fresas con crema, no sabía el gusto de la persona que vivía en tan hermosa casa, pero al final de cuenta, lo descubriría. Llegando a la entrada, note que la entrada de los barrotes estaba abierta, mire directamente la reja, al parecer está casa pertenecía a una familia noble, incluso cuando está reja estaba maltratada era sumamente expansiva. "Qué sorpresa" pensé, empuje con mi mano levente la reja para entrar por el jardín principal.
EL jardín estaba lleno de hermosas rosas, incluso puedo decir que mi vista se perdió entre ellas, especialmente una roja negra que resaltaba sobre las demás. En está casa, había alguien, quizás, era la prueba de que no era exactamente un humano lo que vivía en está casa, sería interesante conocer a alguien así, después de tanto caminar, llegué hasta la hermosa puerta principal, hecha de caoba, toque, así esperando la respuesta de alguien, seguramente sería el mayordomo o la ama de llaves quien abriría, realmente, sería una dulce velada, en ese momento sentí que algo caminaba por mi ropa, para encontrarme con un pequeño ratón, que adorable, yo realmente amaba a estas esponjosas criaturas.
Conmigo llevaba un delicioso pastel de fresas con crema, no sabía el gusto de la persona que vivía en tan hermosa casa, pero al final de cuenta, lo descubriría. Llegando a la entrada, note que la entrada de los barrotes estaba abierta, mire directamente la reja, al parecer está casa pertenecía a una familia noble, incluso cuando está reja estaba maltratada era sumamente expansiva. "Qué sorpresa" pensé, empuje con mi mano levente la reja para entrar por el jardín principal.
EL jardín estaba lleno de hermosas rosas, incluso puedo decir que mi vista se perdió entre ellas, especialmente una roja negra que resaltaba sobre las demás. En está casa, había alguien, quizás, era la prueba de que no era exactamente un humano lo que vivía en está casa, sería interesante conocer a alguien así, después de tanto caminar, llegué hasta la hermosa puerta principal, hecha de caoba, toque, así esperando la respuesta de alguien, seguramente sería el mayordomo o la ama de llaves quien abriría, realmente, sería una dulce velada, en ese momento sentí que algo caminaba por mi ropa, para encontrarme con un pequeño ratón, que adorable, yo realmente amaba a estas esponjosas criaturas.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Mi vestido lucía igual que siempre. Negro, amplio, no muy sencillo, no muy complicado... lo justo y necesario para sentirme elegante pero también... para sentir mi propio calor y no hallarme tan sola en esta enorme casa.
Aún me quedaba por recorrer un largo pasillo antes de llegar a la cocina, lleno de puertas abiertas y cerradas, algunas se golpeaban por culpa del aire que recorría la casa mientras se metía por alguna que otra ventana abierta.
Uno, dos... tres pasos también. Cuatro, cinco y al sexto un escalón. Siete, ocho... noveno un cerrojo. Diez, era como comenzar otra vez. El pasillo era largo, y cada diez pasos, se repetían las mismas escenas de los diez pasos anteriores. Seis y hay un escalón. A los nueve un cerrojo y para el diez ya debía comenzar a contar otra vez.
Había llegado a la mitad, pero algo me distrajo de repente. Mii-chan había quedado estático moviendo sus orejas de lado a lado, su hocico también y consigo aquellos largos, finos y negros bigotes que salían de su cara. Su cola se movida como el péndulo de un reloj, entonces dio la vuelta y comenzó a caminar sigilosamente. Le seguí... seguí detrás de él. Pasamos unos cuantos cerrojos, bajamos algunos escalones, y regresamos a la sala principal una vez más. El aire en aquel lugar traía un aroma dulce.
-Mii-chan, no son las flores, tampoco mis rosas negras... no son dulces. ¿Ha quedado alguien en la casa pese a no encontrarse mi padre?
Mii-chan solo siguió caminando hacia la puerta, se hizo a un lado y me observó. Sus ojos iban del pestillo de la gran puerta a encontrarse con los míos. Me acerqué, acomodé mi cabello y arreglé mi vestido frente a uno de los espejos que reposaban en la sala, respiré profundamente y abrí levemente la puerta para poder espiar hacia fuera. Mii-chan se escabulló ante la primer ranura que quedó entre el marco de la puerta y la puerta misma. Debido a su rápida acción, abrí con mucha fuerza la puerta para perseguirlo. El olor dulce se hacía más fuerte a medida que avanzábamos.
-Mii-chan~ ¡Has hecho un lío! ¡Por favor discúlpate!
Había tomado a Mii-chan de su lomo y lo había colocado justo delante y al lado de mi, pujé su cabeza para que quedara con la vista hacia abajo y pidiera disculpas ante tal acto. Mii-chan se había agazapado encima de la primer visita que había recibido en aquella mansión luego de mi reanimación como shinigami. La persona que se hallaba frente a nosotros, tenía consigo un ratón y Mii-chan tras su nueva vida como gato, había adquirido el instinto cazador de todo felino; estaba yendo tras su presa. El definitivamente hubiera sido un buen shinigami animal si así lo hubieran decidido los de altos rangos.
-Espero nos disculpe. Expresé una vez más mientras inclinaba mi cabeza sutilmente ante aquella persona.
Aún me quedaba por recorrer un largo pasillo antes de llegar a la cocina, lleno de puertas abiertas y cerradas, algunas se golpeaban por culpa del aire que recorría la casa mientras se metía por alguna que otra ventana abierta.
Uno, dos... tres pasos también. Cuatro, cinco y al sexto un escalón. Siete, ocho... noveno un cerrojo. Diez, era como comenzar otra vez. El pasillo era largo, y cada diez pasos, se repetían las mismas escenas de los diez pasos anteriores. Seis y hay un escalón. A los nueve un cerrojo y para el diez ya debía comenzar a contar otra vez.
Había llegado a la mitad, pero algo me distrajo de repente. Mii-chan había quedado estático moviendo sus orejas de lado a lado, su hocico también y consigo aquellos largos, finos y negros bigotes que salían de su cara. Su cola se movida como el péndulo de un reloj, entonces dio la vuelta y comenzó a caminar sigilosamente. Le seguí... seguí detrás de él. Pasamos unos cuantos cerrojos, bajamos algunos escalones, y regresamos a la sala principal una vez más. El aire en aquel lugar traía un aroma dulce.
-Mii-chan, no son las flores, tampoco mis rosas negras... no son dulces. ¿Ha quedado alguien en la casa pese a no encontrarse mi padre?
Mii-chan solo siguió caminando hacia la puerta, se hizo a un lado y me observó. Sus ojos iban del pestillo de la gran puerta a encontrarse con los míos. Me acerqué, acomodé mi cabello y arreglé mi vestido frente a uno de los espejos que reposaban en la sala, respiré profundamente y abrí levemente la puerta para poder espiar hacia fuera. Mii-chan se escabulló ante la primer ranura que quedó entre el marco de la puerta y la puerta misma. Debido a su rápida acción, abrí con mucha fuerza la puerta para perseguirlo. El olor dulce se hacía más fuerte a medida que avanzábamos.
-Mii-chan~ ¡Has hecho un lío! ¡Por favor discúlpate!
Había tomado a Mii-chan de su lomo y lo había colocado justo delante y al lado de mi, pujé su cabeza para que quedara con la vista hacia abajo y pidiera disculpas ante tal acto. Mii-chan se había agazapado encima de la primer visita que había recibido en aquella mansión luego de mi reanimación como shinigami. La persona que se hallaba frente a nosotros, tenía consigo un ratón y Mii-chan tras su nueva vida como gato, había adquirido el instinto cazador de todo felino; estaba yendo tras su presa. El definitivamente hubiera sido un buen shinigami animal si así lo hubieran decidido los de altos rangos.
-Espero nos disculpe. Expresé una vez más mientras inclinaba mi cabeza sutilmente ante aquella persona.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
Mientras jugaba con el pequeño ratón que tenia a mi lado, reí ante esto, aunque yo era escaso de sentimientos, especialmente por tanto tiempo solo, aún un pequeño ratón me traía a la mente tantos hermoso recuerdos, especialmente porque era suave, desprendía un calor, incluso puedo decir que era cálido, cerré mis ojos mientras aquel ratón con sus bigotes acariciaba mi fría mejilla. Escuche algo, unos pasos, esos pasos iban muy rápido y parecían más livianos que una persona normal.
¿Ah?
Cuando voltee a ver aquel ratón dio un chillido. - ¿Qué? - Exclamé, mientras veía a un hermoso felino, aquel felino, no era uno común y corriente. Sus ojos eran demasiado penetrantes para ser uno, aque ratón se escondió entre mi uniforme militar hasta bajar a mi pantalón por donde escapo. Aquel felino aun iba tras el, más no creo, que aquel ratón cayera fácilmente, aquel ratón tenia algo especial así que preocuparme estaría de más.
Escuche una voz femenina, regresando mi mirada hacia la puerta. En ella estaba una hermosa dama, de ojos rojos con un bello maquillaje. Una shinigami. Después de todo, mi presentimiento sobre aquella casa no estaba de más, en verdad era un shinigami. Aun así, ella pidió perdón por el acto de su felino, me quite el sobrero, haciendo una reverencia ante ella con un sonrisa. De mis labios salió. - No se preocupe. El solo está siguiendo sus instintos. -Coloque mi sobrero en el lugar indicado.
Recordé que llevaba conmigo un pastel, el cual extendí hacia ella, está era una muestra entre los "humanos" de presentación por interrumpir en su residencia, ya que no era un invitado, sino más bien un joven que entro a la mansión más hermosa de aquella ciudad, está era una forma de pedir perdón por ello. - Soy Stanley Van Liddell, Stan. Mucho gusto de conocerla Señorita.
-Esboce con un agradable sonrisa ante aquello. La luna había tomado un hermoso colo blanco, contrastando con el color carmesí del cielo.
¿Ah?
Cuando voltee a ver aquel ratón dio un chillido. - ¿Qué? - Exclamé, mientras veía a un hermoso felino, aquel felino, no era uno común y corriente. Sus ojos eran demasiado penetrantes para ser uno, aque ratón se escondió entre mi uniforme militar hasta bajar a mi pantalón por donde escapo. Aquel felino aun iba tras el, más no creo, que aquel ratón cayera fácilmente, aquel ratón tenia algo especial así que preocuparme estaría de más.
Escuche una voz femenina, regresando mi mirada hacia la puerta. En ella estaba una hermosa dama, de ojos rojos con un bello maquillaje. Una shinigami. Después de todo, mi presentimiento sobre aquella casa no estaba de más, en verdad era un shinigami. Aun así, ella pidió perdón por el acto de su felino, me quite el sobrero, haciendo una reverencia ante ella con un sonrisa. De mis labios salió. - No se preocupe. El solo está siguiendo sus instintos. -Coloque mi sobrero en el lugar indicado.
Recordé que llevaba conmigo un pastel, el cual extendí hacia ella, está era una muestra entre los "humanos" de presentación por interrumpir en su residencia, ya que no era un invitado, sino más bien un joven que entro a la mansión más hermosa de aquella ciudad, está era una forma de pedir perdón por ello. - Soy Stanley Van Liddell, Stan. Mucho gusto de conocerla Señorita.
-Esboce con un agradable sonrisa ante aquello. La luna había tomado un hermoso colo blanco, contrastando con el color carmesí del cielo.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Ladié ligeramente mi cabeza con una pequeña sonrisa posada en mis labios, mientras observaba aquel inmenso cielo y una brisa se llevaba consigo mi cabello meciéndolo un poco, en pos de regresar la misma amabilidad. Volví a fijar mi vista en el... su uniforme militar, su pasividad y la energía que le rodeaban parecían bastante particulares... de cierta forma me recordaba a la mía, probablemente fuera un shinigami, pero sus ojos... sus ojos eran celestes, no rojos; quizás tuviera la facilidad de cambiarlos por voluntad propia, o fuera un shinigami muy especial.
-El gusto es mio mmm... mmh... mmmhhh.... Detuve mis palabras y forcé mi pensamiento por un momento, no sabía como referirme a él, después de todo hacía mucho tiempo que no me dirigía a nadie por su nombre. ¿Debería llamarle Señor Van Liddell? ¿Debería decirle Joven Van Liddell? Pregunté algo preocupada por no saber cómo expresarme sin dejar de ser algo directa y sin sutileza alguna, quizás. No me atrevía a llamarle por su nombre, recién estaba conociéndolo.
Una nube en aquel preciso momento cubrió la hermosa luna y el brillo opacado del cielo se tornó aún más carmesí. El color sangre enrojeció mis mejillas y fascinó mis ojos. Mi atracción por aquel color y escenario que se pintaba se tornaba demasiado notorio, por lo que debí agachar un poco mi cabeza, dar un paso atrás, abrir la puerta de mi casa con forma de invitación a entrar a la misma. Mii-chan le enseñó su espalda para que apoyara el pastel encima de él y pudiera llevarla hasta el comedor. Le observó y movió sus bigotes haciéndole saber que estaría bien si deseaba entrar para compartir el pastel.
-Mii-chan ha autorizado tu entrada a esta casa. Y yo he notado tu cierto interés por esta mansión. Si tanto es de su interés, puedo enseñársela por dentro luego de comer y beber algo, de seguro tiene tiempo para tomar un té, ¿cierto? Le dije con un tono preciso y calmado mientras esperaba al lado sosteniendo la puerta.
-El gusto es mio mmm... mmh... mmmhhh.... Detuve mis palabras y forcé mi pensamiento por un momento, no sabía como referirme a él, después de todo hacía mucho tiempo que no me dirigía a nadie por su nombre. ¿Debería llamarle Señor Van Liddell? ¿Debería decirle Joven Van Liddell? Pregunté algo preocupada por no saber cómo expresarme sin dejar de ser algo directa y sin sutileza alguna, quizás. No me atrevía a llamarle por su nombre, recién estaba conociéndolo.
Una nube en aquel preciso momento cubrió la hermosa luna y el brillo opacado del cielo se tornó aún más carmesí. El color sangre enrojeció mis mejillas y fascinó mis ojos. Mi atracción por aquel color y escenario que se pintaba se tornaba demasiado notorio, por lo que debí agachar un poco mi cabeza, dar un paso atrás, abrir la puerta de mi casa con forma de invitación a entrar a la misma. Mii-chan le enseñó su espalda para que apoyara el pastel encima de él y pudiera llevarla hasta el comedor. Le observó y movió sus bigotes haciéndole saber que estaría bien si deseaba entrar para compartir el pastel.
-Mii-chan ha autorizado tu entrada a esta casa. Y yo he notado tu cierto interés por esta mansión. Si tanto es de su interés, puedo enseñársela por dentro luego de comer y beber algo, de seguro tiene tiempo para tomar un té, ¿cierto? Le dije con un tono preciso y calmado mientras esperaba al lado sosteniendo la puerta.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
Note algo peculiar, su vestido estaba lleno de hermosos bordados, con una tela sumamente fina. Su peculiar figura, piel sumamente blanca con un cuerpo que parecía delicado, más yo sabia perfectamente que "debilidad" no era una palabra para describir a ella. Simplemente, aquella dama me traía a la idea de una hermosa muñeca de porcelana, incluso su aura, sabiendo que era una Shinigami, era suave, con elegancia e incluso tenia la fragancia de un suave y exótico perfume francés.
En el momento en que mis pensamientos estaba describiéndola, fui sacado de mis pensamientos para escuchar una vez más su voz, al parecer ella no sabia como referirse a mi, quizás el nombre tan largo que tenia daba realmente problemas. Le sonreí con una expresión amable, ella tenia realmente modales y principios para dudar como llamarme, después de todo aun soy un extraño. - Sí desea puede llamarme solamente Stan o Liddell, el gusto es mío. - Mi voz sonaba suave, en ese momento subí mi vista para asombrarme de algo, el cielo, tenia un dulce tono carmesí.
Baje mi vista para encontrarme con una amable invitación, de parte de ella y de su gato-shinigami, asentí ante su invitación, colocando el pastel sobre la espalda de su gato, aun así escuche su nombre, así una sonrisa se dibujo en mi rostro, mi pasión por los gatos negros eran una debilidad mía. - ¿Mii-chan? Es un nombre hermoso~ me agrada. -Dije, pasando una leve caricia sobre la cabeza del minino. Me levante, para quitarme mi sombrero militar, así en forma de señal de respeto a ella y su gato, entre despacio, está era la primera vez que tenia un encuentro con un Shinigami, que no tratará de matarme a la primera, me alegraba mucho de ello. - Me encantaría, está casa es totalmente hermosa. Un diseño escaso en este siglo, ¿no cree? -Me preguntaba, hace cuanto tiempo había sido destinada a ser una Shinigami, por mi lado, he estado casi 3000 años siendo uno, he visto demasiadas cosas, así que estoy totalmente impresionado no solo por la mansión, sino por la dueña de está gran mansión.
En el momento en que mis pensamientos estaba describiéndola, fui sacado de mis pensamientos para escuchar una vez más su voz, al parecer ella no sabia como referirse a mi, quizás el nombre tan largo que tenia daba realmente problemas. Le sonreí con una expresión amable, ella tenia realmente modales y principios para dudar como llamarme, después de todo aun soy un extraño. - Sí desea puede llamarme solamente Stan o Liddell, el gusto es mío. - Mi voz sonaba suave, en ese momento subí mi vista para asombrarme de algo, el cielo, tenia un dulce tono carmesí.
Baje mi vista para encontrarme con una amable invitación, de parte de ella y de su gato-shinigami, asentí ante su invitación, colocando el pastel sobre la espalda de su gato, aun así escuche su nombre, así una sonrisa se dibujo en mi rostro, mi pasión por los gatos negros eran una debilidad mía. - ¿Mii-chan? Es un nombre hermoso~ me agrada. -Dije, pasando una leve caricia sobre la cabeza del minino. Me levante, para quitarme mi sombrero militar, así en forma de señal de respeto a ella y su gato, entre despacio, está era la primera vez que tenia un encuentro con un Shinigami, que no tratará de matarme a la primera, me alegraba mucho de ello. - Me encantaría, está casa es totalmente hermosa. Un diseño escaso en este siglo, ¿no cree? -Me preguntaba, hace cuanto tiempo había sido destinada a ser una Shinigami, por mi lado, he estado casi 3000 años siendo uno, he visto demasiadas cosas, así que estoy totalmente impresionado no solo por la mansión, sino por la dueña de está gran mansión.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Sentía como sus pasos poco a poco pasaban de la puerta. Había entrado sin hacer pregunta alguna, ni había negado mi invitación. Había creído por algún motivo, que se disculparía y abandonaría la idea... después de todo, a medida que pasaba el tiempo y la noche se teñía más de un oscuro color...
-Me pregunto si ha hecho bien en pasar a esta casa y si he hecho bien en invitarle. Le susurré a Mii-chan antes de que tomáramos caminos diferentes. Mii-chan solo ignoró mis inquietudes y movió sus bigotes como de costumbre.
Inmediatamente el joven entro a la casa, dejé que las puertas se cerraran y torné mi espalda para que me siguiera hasta...
-Oh! ¿Qué desearía ver primero? ¿Las habitaciones, la biblioteca, el escritorio, o... preferiría tomar primero el té acompañado de su pastel?
Volví a tornarme hacia el esperando una respuesta pacientemente... no quería obligarle a ser guiado según mis gustos. Creí que sería mejor dejarle a libre decisión lo que quisiera hacer. No sabía en qué cosas de la mansión estaba interesado. Pero entonces recordé aquella pregunta que jamás respondí: "Un diseño escaso en este siglo, ¿no cree? ". Ahora que lo pensaba esta casa ha pasado de generación en generación en mi familia. Todos vivieron aquí hasta hace unos diez años atrás, cuando comenzaron los problemas familiares entonces mi padre fue quien quedó con esta casa. Probablemente ya tengo alrededor de siglo y medio.
-Por cierto, esta casa ya tiene siglo y medio de vida. De alguna manera siento como respira, y pese de encontrarse sola sus paredes se siguen fortaleciendo. Le llamaré Liddell si no le molesta.
Volví a sonreír. Su tranquilidad era extrañamente fuera de lo común. La idea de que fuera un shinigami al igual que yo, aún rondaba en mi cabeza. Su forma pasiva de entrar a la mansión, su manera de dar cada paso a su caminar, la forma amable y educada en que se sacó su gorra. Parecía ser una persona agradable, alguien de quien no inquietarme. No notaba nada amenazante con su presencia. Aún así no debo bajar mi guardia. Ya han sido 5 años desde que soy uno (shinigami), pero no he lograd olvidar mi ida como humana... por eso debo estar atenta. Tengo que deshumanizarme. Me esforzaré.
-Me pregunto si ha hecho bien en pasar a esta casa y si he hecho bien en invitarle. Le susurré a Mii-chan antes de que tomáramos caminos diferentes. Mii-chan solo ignoró mis inquietudes y movió sus bigotes como de costumbre.
Inmediatamente el joven entro a la casa, dejé que las puertas se cerraran y torné mi espalda para que me siguiera hasta...
-Oh! ¿Qué desearía ver primero? ¿Las habitaciones, la biblioteca, el escritorio, o... preferiría tomar primero el té acompañado de su pastel?
Volví a tornarme hacia el esperando una respuesta pacientemente... no quería obligarle a ser guiado según mis gustos. Creí que sería mejor dejarle a libre decisión lo que quisiera hacer. No sabía en qué cosas de la mansión estaba interesado. Pero entonces recordé aquella pregunta que jamás respondí: "Un diseño escaso en este siglo, ¿no cree? ". Ahora que lo pensaba esta casa ha pasado de generación en generación en mi familia. Todos vivieron aquí hasta hace unos diez años atrás, cuando comenzaron los problemas familiares entonces mi padre fue quien quedó con esta casa. Probablemente ya tengo alrededor de siglo y medio.
-Por cierto, esta casa ya tiene siglo y medio de vida. De alguna manera siento como respira, y pese de encontrarse sola sus paredes se siguen fortaleciendo. Le llamaré Liddell si no le molesta.
Volví a sonreír. Su tranquilidad era extrañamente fuera de lo común. La idea de que fuera un shinigami al igual que yo, aún rondaba en mi cabeza. Su forma pasiva de entrar a la mansión, su manera de dar cada paso a su caminar, la forma amable y educada en que se sacó su gorra. Parecía ser una persona agradable, alguien de quien no inquietarme. No notaba nada amenazante con su presencia. Aún así no debo bajar mi guardia. Ya han sido 5 años desde que soy uno (shinigami), pero no he lograd olvidar mi ida como humana... por eso debo estar atenta. Tengo que deshumanizarme. Me esforzaré.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
Al entrar el ambiente era cálido, aunque como cualquier casa antigua lo primero que pasa por lamente es que será fría, llena de polvo y telarañas. La forma en que está casa estaba cuidada era extraordinaria, sin duda las personas que había habitado esta casa habían hecho un gran trabajo. Salí de mis pensamientos, al notar que las paredes estaban hechas de un material que ahora en las mansiones ya no se usaban. Levante mi vista hacia un bello candelabro, estaba hecho de vidrio, con unas pequeñas veladoras hechas a la medida de este.
Al escuchar su pregunta voltee a verle con una sonrisa amable. - Me encantaría tomar el té, después de ello podría enseñarme la casa. Tengo un gran interés en la biblioteca, de seguro tendrán libros que se han extinguido con el paso del tiempo. - Mi razón de ir allí, además era porque siempre la biblioteca iba a ser uno de mis lugares preferidos de cualquier casa que contará con una.
Escuche con atención lo que dijo. Así que, está casa tiene un siglo y medio de vida. Ahora vero porque el diseño, es hermoso, supongo que aun tengo hermosos recuerdos de la época victoriana, así que está casa para mi es perfecta. Mire a mi alrededor, los detalles eran bellos, suspiré levemente, incluso tenia ese olor "antiguo", ante la idea de llamarme Liddell, sonreí, hace mucho que alguien no me llamaba por mi apellido, al parecer está sería una hermosa noche. - Espero que está noche las brujas no salgan de casería~ - Esa era una expresión usada siglos atrás, pero yo lo dije en forma literal, aunque una sonrisa estaba en mi rostro, espere a que ella pasará para proseguir.
Al escuchar su pregunta voltee a verle con una sonrisa amable. - Me encantaría tomar el té, después de ello podría enseñarme la casa. Tengo un gran interés en la biblioteca, de seguro tendrán libros que se han extinguido con el paso del tiempo. - Mi razón de ir allí, además era porque siempre la biblioteca iba a ser uno de mis lugares preferidos de cualquier casa que contará con una.
Escuche con atención lo que dijo. Así que, está casa tiene un siglo y medio de vida. Ahora vero porque el diseño, es hermoso, supongo que aun tengo hermosos recuerdos de la época victoriana, así que está casa para mi es perfecta. Mire a mi alrededor, los detalles eran bellos, suspiré levemente, incluso tenia ese olor "antiguo", ante la idea de llamarme Liddell, sonreí, hace mucho que alguien no me llamaba por mi apellido, al parecer está sería una hermosa noche. - Espero que está noche las brujas no salgan de casería~ - Esa era una expresión usada siglos atrás, pero yo lo dije en forma literal, aunque una sonrisa estaba en mi rostro, espere a que ella pasará para proseguir.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
-Siendo así entonces inmediatamente tomemos el té, le enseñaré complacida la biblioteca de este lugar. Ahora que lo dice, Liddell... posiblmente halla libros ya extintos. Quizás encuentre algo de su interés. - Respondí inmediatamente mientras iba delante de él guiándole hacia el comedor.
No fueron hasta pocos pasos después cuando recorde algo... en aquella misma vieja biblioteca estaba mi galería sellada. Supongo que en el momento en que entremos tendré que tener mi guardia muy alta, y no apartar la vista de el. No deberé dejar que el se acerque a aquella zona. Todo lo que había estado estudiando... cada cosa en la que estaba interesada en estas últimas dos décadas, probablemente desaparecerían con un solo soplido. Mi cuerpo se había tensionado de cierta forma con tan solo pensarlo...
Afortunadamente, no pasó mucho hasta volver a escuchar palabras sorprendentes. El había mensionado algo tan increíble de escuchar.
-Disculpa pero, ¿habeis mencionado que brujas saldrían a su casería?... ¿cierto?. - Solo pensar en que tal acto ocurriría, algo en lo que estaba tan fascinada, el interés de estos 20 años estaban llegando a algo tan real. La noche carmesí, las brujas de caza, y la visita de un ser tan misterioso y cortés. -Siendo así... ¿no cree que será una buena velada? -Pausé mis pasos en ese instante para tornar mi cuerpo y enseñar apenas mi perfil, para que mis palabras le llegaran. No pude evitar dejar que las emociones recorrieran cada centímetro de mi cuerpo, y mis ojos se tornaran de un rojo aún más intenso; no pude cubrir mi sonrisa feroz. La comisura de mis labios estaban más visibles que nunca, y mi sonrisa se había liado de lado a lado hasta formarse oyuelos. Creo que ese fue el momento en que por primera vez sentí lo que era ser un shinigami. La sangre estaba hirviendo, y el haber encontrado a alguien que conociera dichas palabras y frases... no era algo que me tranquilizara, sino lo contrario. Había provocado en mi conmosión. Estaba deseosa de conocer más a aquella persona.
Cuando mis ojos le habían visto detrás de mi, entonces me percaté de que Mii-chan estaba justo allí... detrás de ambos. Quieto. Estático. Observándome. El y su mirada tan penetrante como siempre. Tan rígido en su postura. Tan...
A veces llego a creen que él fue revivido para mantenerme controlada. Sus ojos habían apagado mi anciedad. Logré controlarme y giré una vez más mi perfil para continuar hacia el comedor.
No fueron hasta pocos pasos después cuando recorde algo... en aquella misma vieja biblioteca estaba mi galería sellada. Supongo que en el momento en que entremos tendré que tener mi guardia muy alta, y no apartar la vista de el. No deberé dejar que el se acerque a aquella zona. Todo lo que había estado estudiando... cada cosa en la que estaba interesada en estas últimas dos décadas, probablemente desaparecerían con un solo soplido. Mi cuerpo se había tensionado de cierta forma con tan solo pensarlo...
Afortunadamente, no pasó mucho hasta volver a escuchar palabras sorprendentes. El había mensionado algo tan increíble de escuchar.
-Disculpa pero, ¿habeis mencionado que brujas saldrían a su casería?... ¿cierto?. - Solo pensar en que tal acto ocurriría, algo en lo que estaba tan fascinada, el interés de estos 20 años estaban llegando a algo tan real. La noche carmesí, las brujas de caza, y la visita de un ser tan misterioso y cortés. -Siendo así... ¿no cree que será una buena velada? -Pausé mis pasos en ese instante para tornar mi cuerpo y enseñar apenas mi perfil, para que mis palabras le llegaran. No pude evitar dejar que las emociones recorrieran cada centímetro de mi cuerpo, y mis ojos se tornaran de un rojo aún más intenso; no pude cubrir mi sonrisa feroz. La comisura de mis labios estaban más visibles que nunca, y mi sonrisa se había liado de lado a lado hasta formarse oyuelos. Creo que ese fue el momento en que por primera vez sentí lo que era ser un shinigami. La sangre estaba hirviendo, y el haber encontrado a alguien que conociera dichas palabras y frases... no era algo que me tranquilizara, sino lo contrario. Había provocado en mi conmosión. Estaba deseosa de conocer más a aquella persona.
Cuando mis ojos le habían visto detrás de mi, entonces me percaté de que Mii-chan estaba justo allí... detrás de ambos. Quieto. Estático. Observándome. El y su mirada tan penetrante como siempre. Tan rígido en su postura. Tan...
A veces llego a creen que él fue revivido para mantenerme controlada. Sus ojos habían apagado mi anciedad. Logré controlarme y giré una vez más mi perfil para continuar hacia el comedor.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
El simple hecho de sus palabras aumentaron mi interés, a posibilidad de encontrar libros tan antiguos, hacia que mi mente volará a la imaginación. Durante el transcurso de mi larga vida, leer ha sido mi pasión, una pasión secreta ya que nadie sabía que mi gusto por la literatura, especialmente la lírica, era un poco extraña, no, mejor dicho, era casi única. En mis pensamientos, el sonido de mis pies al levantarse, aquel pequeño sonido que hacia resaltar la vejez de la residencia, con el paso del tiempo, está mansión comenzaba a atraparme con su seductora y única fragancia. Más no estaría bien dejarme llevar por ella.
Con una gran sonrisa respondí, voz leve y tranquilo. - Será un honor visitarla, tengo entendido que las bibliotecas siempre tienen pasadizos. Espero no encontrarme con ninguno. - La idea de encontrar uno despertaría curiosidad en cualquiera, incluso en mi, pero se muy bien del dicho que: "La curiosidad mato al gato", hace tiempo había entrado en uno, por experiencia sabía que jamás me gustaría regresar a uno. Hace unos 400 años atrás, al visitar a una joven, me encontré con un pasadizo, segui aquel pequeño lugar para encontrarme con una cámara de tortura, fue un poco espeluznante, especialmente por el tipo de "armas" que había.
Note algo, ella se intereso por completo en la casa de brujas. Estás brujas salían en determinadas fechas a matar todo tipo de ser vivo, especialmente humanos... haciendo énfasis, las brujas salen a matar humanos del genero masculino. La razón es simple, las brujas usan cuerpo de jóvenes damas como carnada para atraernos donde luego los matan sin piedad, las brujas únicamente buscan partes de cuerpo humano para sus maleficios. El color carmesí de la noche denotaba que habían comenzado con el juego de "matar o matar", otro dato interesante era que las brujas pocas veces dejaban ver su real apariencia a pesar de ser muy hermosas. Nunca se dejaban ver, porque si alguien la atacaba directamente esta se rompería como una muñeca de porcelana.
En mi pensamientos fui sacado, cuando note a aquel Gato-Shinigami, me preguntaba mentalmente de que me había perdido, creo que era demasiado despistado, regrese mi vista a ella. - Está noche sera realmente larga, aunque el olor de la sangre será un agradable ambiente~ -Aunque ninguno de los dos fuera un vampiro, siendo Shinigami, nosotros también teníamos un grandioso gusto por la sangre, no en exageración, pero sí era deliciosos. Así que como dije, el olor a sangre comenzó a penetrarse en la mansión, de cierta forma, amaba a las brujas.
Con una gran sonrisa respondí, voz leve y tranquilo. - Será un honor visitarla, tengo entendido que las bibliotecas siempre tienen pasadizos. Espero no encontrarme con ninguno. - La idea de encontrar uno despertaría curiosidad en cualquiera, incluso en mi, pero se muy bien del dicho que: "La curiosidad mato al gato", hace tiempo había entrado en uno, por experiencia sabía que jamás me gustaría regresar a uno. Hace unos 400 años atrás, al visitar a una joven, me encontré con un pasadizo, segui aquel pequeño lugar para encontrarme con una cámara de tortura, fue un poco espeluznante, especialmente por el tipo de "armas" que había.
Note algo, ella se intereso por completo en la casa de brujas. Estás brujas salían en determinadas fechas a matar todo tipo de ser vivo, especialmente humanos... haciendo énfasis, las brujas salen a matar humanos del genero masculino. La razón es simple, las brujas usan cuerpo de jóvenes damas como carnada para atraernos donde luego los matan sin piedad, las brujas únicamente buscan partes de cuerpo humano para sus maleficios. El color carmesí de la noche denotaba que habían comenzado con el juego de "matar o matar", otro dato interesante era que las brujas pocas veces dejaban ver su real apariencia a pesar de ser muy hermosas. Nunca se dejaban ver, porque si alguien la atacaba directamente esta se rompería como una muñeca de porcelana.
En mi pensamientos fui sacado, cuando note a aquel Gato-Shinigami, me preguntaba mentalmente de que me había perdido, creo que era demasiado despistado, regrese mi vista a ella. - Está noche sera realmente larga, aunque el olor de la sangre será un agradable ambiente~ -Aunque ninguno de los dos fuera un vampiro, siendo Shinigami, nosotros también teníamos un grandioso gusto por la sangre, no en exageración, pero sí era deliciosos. Así que como dije, el olor a sangre comenzó a penetrarse en la mansión, de cierta forma, amaba a las brujas.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Él ya lo había dicho, esas pequeñas ráfagas de viento que corrían a lo largo y ancho de la mansión, llenaban el ambiente de aquel agradable aroma... sangre que se mezclaba con la fragancia de las rosas del jardín. Era un shinigami, no había forma, no había manera de evitarlo ya que un humano no podría percatarse de aquello. Shinigamis... sujetos atraídos por la sangre, la sangre acarrea muerte, y la muerte un alma que capturar y ser devorada. Nada más atrayente para sujetos como nosotros que un ambiente tan siniestro como ello.
No eramos capaces de matar a menos de que la hora de la persona halla expirado y por razones únicas halla seguido con vida. No podíamos influenciar a nadie para que lo hiciera por nosotros.
- ¿No cree que este tipo de olor esparcido en el aire, podría despertar a un shinigami? Me pregunto si por estos alrededores habrá alguien más así...
Aquella pregunta que hice, fue de alguna manera descontrolada, nada cortes... de cierta forma había mencionado junto con la pregunta, que yo ya conocía a alguien así. ¿Me había delatado? En el caso de haberme equivocado, y el tan solo fuera un humano más con un estado sensorial agudo... ¿perdería la única visita que había tenido hasta el momento? Debería comportarme.
Tanto pensamiento, palabra, y clima había hecho que llegara inesperadamente al comedor. La puerta doble ya estaba abierta, la esa estaba puesta y Mii-chan, que se había adelantado, ya había colocado cada taza de té sobre las dos puntas de la mesa. De esa manera podríamos estar frente a frente y platicar como se era debido.
- Por favor, tome asiento. Le sugerí mientras Mii-chan reposaba a un lado para una vez haberse sentado, empujar la silla y arrimarle a la mesa. De igual manera hice yo; me senté e inmediatamente Mii-chan se disponía a servir nuestro té.
-Espero no sea de molestia que un gato nos sirva el té. Si está de acuerdo con ello, Mii-chan, por favor procede.
No eramos capaces de matar a menos de que la hora de la persona halla expirado y por razones únicas halla seguido con vida. No podíamos influenciar a nadie para que lo hiciera por nosotros.
- ¿No cree que este tipo de olor esparcido en el aire, podría despertar a un shinigami? Me pregunto si por estos alrededores habrá alguien más así...
Aquella pregunta que hice, fue de alguna manera descontrolada, nada cortes... de cierta forma había mencionado junto con la pregunta, que yo ya conocía a alguien así. ¿Me había delatado? En el caso de haberme equivocado, y el tan solo fuera un humano más con un estado sensorial agudo... ¿perdería la única visita que había tenido hasta el momento? Debería comportarme.
Tanto pensamiento, palabra, y clima había hecho que llegara inesperadamente al comedor. La puerta doble ya estaba abierta, la esa estaba puesta y Mii-chan, que se había adelantado, ya había colocado cada taza de té sobre las dos puntas de la mesa. De esa manera podríamos estar frente a frente y platicar como se era debido.
- Por favor, tome asiento. Le sugerí mientras Mii-chan reposaba a un lado para una vez haberse sentado, empujar la silla y arrimarle a la mesa. De igual manera hice yo; me senté e inmediatamente Mii-chan se disponía a servir nuestro té.
-Espero no sea de molestia que un gato nos sirva el té. Si está de acuerdo con ello, Mii-chan, por favor procede.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
El olor de sangre había penetrado por completo aquel ambiente, era un olor de diferentes clases, más había uno que predominaba. Como lo había sospechado, aquel tipo de sangre era O y lo más posible es que está noche la mitad de humanos del genero masculino morirían. Siendo un shinigami, para mi aquel olor era un banquete, no me agradaba beberla, pero sí su único olor, de cierta manera, amaba la noche de cacería de brujas, solamente esperaba que ellas siguieran con su juego hasta el amanecer, así, la velada no solo sería larga, sino también tendríamos un cálido ambiente.
Ante su pregunta, me quede in momento pensando en una respuesta. Sonreí, al parecer ya ambos sabíamos que pertenecíamos a la misma naturaleza. Pensé en una respuesta ante aquella pregunta, había conocido a poco Shinigamis en mi vida, pero sin duda, muchos de ellos irían a traer perfume de sangre, además, algunos que otros shinigamis, tomarían un poco de sangre para negociarla con los vampiros del Abismo. - Es lo más posible Señorita. He escuchado que para la casería de brujas, los Shinigamis suelen tomar fracciones de la sangre de los humanos. Es un buen negocio, muchos estarán allá afuera. - Yo nunca había sujetado fracciones de sangre, pero habían vendido algunas hace años, es uno de los negocios más importantes del Abismo, aunque los humanos sean impuros e irracionales. La sangre humana es única en mi dimensión, ya que los humanos no son capaces de llegar allá.
Llegamos al comedor, de inmediato entre con ella, al ver todo, me quede perplejo. Incluso aquella mesa era tan antigua, sino estoy mal su ancho era de casi 4 metros. Asentí con una sonrisa, para así camino por aquella larga mesa observando detalle con detalle hasta llegar a mi asiento. Donde, quitándome el sombrero, tome asiento. Al escuchar su pregunta mire al gato-shinigami, su forma de sentarse era una señal de un gato de la nobleza. Estaba intrigado por ellos, rápidamente habían conseguido llamar por completo mi atención. Una dama y su fiel gato. Creo que he encontrado a alguien con quien sentirme cómodo tal como soy, no es lo mismo cuando estás con un humano, ellos suelen no creerte o burlarte de ti. - Por supuesto, estaré encantado que Mii-chan nos sirva el té. - Ahora que lo pensaba, ese nombre aun lo había escuchado en alguna parte, supongo que le preguntaría después mi curiosidad sobre su mayordomo.
Ante su pregunta, me quede in momento pensando en una respuesta. Sonreí, al parecer ya ambos sabíamos que pertenecíamos a la misma naturaleza. Pensé en una respuesta ante aquella pregunta, había conocido a poco Shinigamis en mi vida, pero sin duda, muchos de ellos irían a traer perfume de sangre, además, algunos que otros shinigamis, tomarían un poco de sangre para negociarla con los vampiros del Abismo. - Es lo más posible Señorita. He escuchado que para la casería de brujas, los Shinigamis suelen tomar fracciones de la sangre de los humanos. Es un buen negocio, muchos estarán allá afuera. - Yo nunca había sujetado fracciones de sangre, pero habían vendido algunas hace años, es uno de los negocios más importantes del Abismo, aunque los humanos sean impuros e irracionales. La sangre humana es única en mi dimensión, ya que los humanos no son capaces de llegar allá.
Llegamos al comedor, de inmediato entre con ella, al ver todo, me quede perplejo. Incluso aquella mesa era tan antigua, sino estoy mal su ancho era de casi 4 metros. Asentí con una sonrisa, para así camino por aquella larga mesa observando detalle con detalle hasta llegar a mi asiento. Donde, quitándome el sombrero, tome asiento. Al escuchar su pregunta mire al gato-shinigami, su forma de sentarse era una señal de un gato de la nobleza. Estaba intrigado por ellos, rápidamente habían conseguido llamar por completo mi atención. Una dama y su fiel gato. Creo que he encontrado a alguien con quien sentirme cómodo tal como soy, no es lo mismo cuando estás con un humano, ellos suelen no creerte o burlarte de ti. - Por supuesto, estaré encantado que Mii-chan nos sirva el té. - Ahora que lo pensaba, ese nombre aun lo había escuchado en alguna parte, supongo que le preguntaría después mi curiosidad sobre su mayordomo.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Sostenía la taza de té y el platillo con mis manos mientras escuchaba atentamente lo que él me decía. En ese momento, en el preciso momento en que mencionó "fracciones de sangre", "negocio"... no pude contenerme. Mi sentido desenfrenado por las apuestas no había acabado de cuando era humana, pese a cómo me encontraba ahora. Creo que estaba sucediendo lo contrario, cada vez me metía más en ese tipo de cosas. Me tomó un tiempo el poder pensar como responder a ese tema de conversación sin tener que mencionar mis raras aficiones al juego; justo el tiempo entre tomar el té y terminarlo.
-Suena interesante, quiero oír más.. ¿podría a caso? mmh... y muchos, mm? Sería entretenido de alguna forma encontrarme con alguno de ellos. No es por el dinero pero... a cambio podría conseguir cosas muy interesantes, bastante valiosas y....
Debí suspender mi frase, mi larga oración. No sabría como decirlo. Decir que me interesaba la idea de intercambiar esas pequeñas cantidades de sangre por algo valedero como antigüedades, libros únicos, y sabiendo que muchos de ellos han vivido durante siglos, también podría intercambiar esa sangre por armas antiguas y raras.
-y... ¿por qué no me cuenta algo más acerca de usted? Después de todo, somos algo desconocidos, estaría agradecida de saber más de usted. Sonreí sinceramente mientras depositaba mi taza sobre su platillo en la mesa y tomaba mis cubiertos para cortar un trozo de pastel y llevarlo a mi boca.
-Suena interesante, quiero oír más.. ¿podría a caso? mmh... y muchos, mm? Sería entretenido de alguna forma encontrarme con alguno de ellos. No es por el dinero pero... a cambio podría conseguir cosas muy interesantes, bastante valiosas y....
Debí suspender mi frase, mi larga oración. No sabría como decirlo. Decir que me interesaba la idea de intercambiar esas pequeñas cantidades de sangre por algo valedero como antigüedades, libros únicos, y sabiendo que muchos de ellos han vivido durante siglos, también podría intercambiar esa sangre por armas antiguas y raras.
-y... ¿por qué no me cuenta algo más acerca de usted? Después de todo, somos algo desconocidos, estaría agradecida de saber más de usted. Sonreí sinceramente mientras depositaba mi taza sobre su platillo en la mesa y tomaba mis cubiertos para cortar un trozo de pastel y llevarlo a mi boca.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
[RP como IzaIza~]
Dibuje una suave sonrisa en mi rostro, la idea de que un shinigami-felino sirviera mi té hacía que mi interés subiera de una manera extraordinaria, debo aceptarlo, muy dentro de mi adoro a los gatos, especialmente los negros. Al contrario de mis amados humanos, mi amor por ellos era muy diferente, después de mirar de reojo aquella casa, pude notar rápidamente muchas cosas, varías de sus pertenecías eran de desiguales épocas, pocas tenían relaciones con otras, esto aumentaba mi interés, está señorita realmente tenía un expendido gusto por las antigüedades. Regresando a nuestra conversación, después de haber mencionado ciertas partes de los "fragmentos de sangres" y el "negocio" en el que los demonios solían estar, su interés aumento, algo que me agrado, sería un tema de conversación extenso.
Sonreí.
Tome una buena compostura, ahora tenía que encontrar una manera de resumir aquellos negocios que solían pasar en el abismo, para mi, el informante más buscado del aquella zona, era muy fácil saber en que lugares ocurrían los intercambios. Ladee mi cabeza, iba a relatarle el último acontecimiento. - Comparto su opinión, especialmente porque a mi tampoco me interesa el dinero, pero, se pueden conseguir muchos artículos de colección, veamos, dígame. ¿Qué es lo que viene a su mente cuando escucha: "Fragmentos de sangre"? - Me interesaba mucho la forma de pensar de los demás, era la primera vez que hablaba con un Shinigami, era muy importante ver que era lo que imaginaba al referirnos a un conjunto de palabras tan poco usadas en este mundo. Tuve la idea de que, ambos pensabamos en intercambiar cosas valiosas por otras, aunque mi rama fuera la información, venta de información para ser precisos. Aunque ella me había dado confianza, mis palabras está vez no tendrían trucos, ninguno.
Cada vez que veía aquel gato, creo que mi aferramiento a acariciarlo se hacia más y más grande, aun así, debía concentrarme en mi anfitriona. Su pregunta me sorprendió de alguna manera, más, la curiosidad en su voz era una melodía dulce para mis oídos, sujete mi taza de té con el dedo índice y gordo. - Es cierto, aún se siente el aire de desconocidos, perdón por la falta de educación. Mi nombre es Orihara Izaya, soy un informante del Abismo, he vivido alrededor de 2 siglos atrás. Me agradan mucho los gatos negros, así como Mii-chan, las brujas y sobre todo los humanos. A veces soy reservado, pero otras veces tomo confianza demasiado rápido. y ¿Qué hay de usted, señorita? - Dí un suave sorbo de té, era delicioso, realmente delicioso, sonreí, estaba perfecto. Coloque con mucho cuidado la taza sobre aquel plato de porcelana, primero colocando mi dedo pequeño sobre la taza, para calcular la distancia en la que debía colocarlo y no hacer ningún ruido desagradable al topar está.
Se escucho un grito.
Voltee a ver de inmediato a la ventana, el cielo tenía un toque carmesí con un suave morado. Las brujas realmente se estaba divirtiendo, más esperaba que estás no resultarán heridas, principalmente, las brujas son enemigas naturales de los magos. Aunque ellos son más educados y elegantes a la hora de matar, una sonrisa se dibujo en mi rostro: "¿Qué pasaría sí hubiera una guerra mágica?", pronto lo sabría, regrese mi vista hacia mi invitada, limitando mi sonrisa a una amable. Tal vez conforme la noche pasará le propondría visitar los callejones, de seguro le encantaría ver como "juegan" las brujas con los humanos, es una elegancia de poder mágico contra la irracionalidad humana, una verdadera delicia para un Shinigami.
Izaya- Gran Otaku
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Observaba cada una de sus expresiones, notaba que su interés aumentaba, su control me sorprendía de cierta forma... pero después de haber escuchado su resumida historia lograba comprenderlo. Dos siglos estando en el mismo lugar, viendo las mismas cosas, hacían que el tiempo se volviera en una experiencia bastante provechosa.
Movimientos suaves y calculados, algo refinado... educado. Medido en sus palabras, palabras que habían llegado a mis oídos en forma de interrogación. Veamos, fragmentos de sangre eran aquellas pequeñas cantidades de sangre humana que quedaban exparcidas en el lugar de muerte de la persona; pero era solamente una suposición mía... nunca había estado en una situación similar antes. Solo he contemplado muertes naturales, he contenido almas, he hecho mi trabajo y eso ha sido todo. Pese a haberme convertido en un shinigami... mi vida aburrida no había cambiado lo suficiente; aún no había tenía un cambio rotundo y completamente interesante. Con esas ideas merodeando en mi cabeza, no me atreví a soltar palabra alguna y me remití a mirarle fijamente a los ojos mientras permanecía callada.
Saltié esa pregunta, la pospuse para el final o al menos hasta comprobarlo con mis propios ojos.
...
Hubo un espacio silencioso donde se cortó el hilo de mi pensamiento. Mis ideas descansaron, tomaron un profundo aliento conduciendo las palabras por mis cerdas vocales instantáneamente.
-Orihara-sama, no me animo a responder a su pregunta. Debo comprobar mis ideas con las imágenes vivas. No deseo ser imprudente.
En ese instante Mii-chan se acercó a él, y empujó una de sus manos con su cabeza para intentar poner su cabeza debajo de ella. Mii-chan probablemente había percibido que Orihara-sama querría acariciarle. Inmediatamente interpreté ese acto y se lo mencioné a nuestra visita.
-Si está interesado en Mii-chan, puede acariciarlo... a continuación le hablaré de mi. Nací, crecí y viví aquí, en esta mansión por 15 años de mi aburrida vida. Familia noble, un padre que vive más fuera de la casa que dentro de ella; una madre que pasa más de viajes, ceremonias de té, encuentros con otras señoras que tiempo con su familia. Abuelos que se mudaron de esta casa tiempo atrás y en medio de su mudanza fallecieron en un accidente, jamás llegaron a destino. Como verá mi vida era realmente aburrida; mi única compañía era mi mayordomo, Shikiriyaki Mistler, él era el encargado de mi cuidado. A los 12 años aproximadamente, comencé a escabullirme en las noches en búsqueda de algo interesante... algún tipo de aventura y Mii-chan me seguía, pero a mis 15 años fuimos rodeados, él se les enfrentó... fue asesinado. Mi orgullo no me permitió ser tocada por alguien más, me suicidé. Mi muerte no estaba pronosticada, así que me convertí en un shinigami. Mii-chan en cambio estaba destinado, pero no quisieron dejarme sola en esto, por eso Mistler ahora es un gato. Su cuerpo contenedor desapareció y su alma fue puesta en un gato. Lo suyo era innevitable. Estos cinco últimos años... creí que serían interesantes. No he visto nada novedoso, hasta hoy. Esta es mi largo historia... tan aburrida como vida. Ahora... me pregunto si... ¿Estaría mal suponer que has llegado a mi casa para recolectar información entonces? Un informante debe ser un buen "espía", una persona con una buena capacidad de asimilación de datos... ¿me equivoco?... Siendo así, me atrevería a decir, que usted es un ser muy inteligente.
....
-¿Apetece tomar otra taza de té? Agregué para excusarme de haber tocado un tema probablemente incómoda. Utilicé esa pregunta para cambiar de tema, para evitar conversaciones incómodas, o simplemente para romper el terrible silencio que algunas veces se solían dar en reuniones sociales. Este no era un gran evento lleno de personalidades como en las viejas épocas pero aún así, apreciaba el hecho de tener un visitante.
Mi pregunta a los minutos se vió interrumpida por un grito y seguí la vista de Izaya. Su mirada se había dirigido a la ventana, probablemente estaba viendo a través de ella el hermoso espectáculo que se montaba en el cielo. Los colores eran tan reconfortantes para mi.
-Me pregunto lo mismo... No pude decir más. Si bien ahora soy una ser sobrenatural cuya función es velar y decidir quién muere y cómo, a veces hasta alimentándome de las almas humanas, para mi sigue existiendo un gran misticismo alrededor de ello. Muchas veces mis decisiones parecerán cruentas y horribles por is gustos personales, por querer intercambiar algo. Hasta el momento solo había ocurrido una vez, pero el intercambio no funcionó, no había podido conseguir aquella oz, alguien más me la había ganado. Pese a esto, creo que he sido bastante neutral. Leyendo entre los libros de mi galería, había hallado tiempo atrás algo muy interesante: "Shinigamis: Pertenecen a la casta baja de los dioses. Hay relatos que cuentan que estos dioses ayudaron a los humanos a cumplir ciertas tareas." Me pregunto que pensará al respecto aquella persona que se hallaba frente a mi, sentada en el otro extremo de la mesa. En algún momento, si se da... se lo preguntaré.
-Entidades que pueden ver la muerte de alguien más... susurré.
Movimientos suaves y calculados, algo refinado... educado. Medido en sus palabras, palabras que habían llegado a mis oídos en forma de interrogación. Veamos, fragmentos de sangre eran aquellas pequeñas cantidades de sangre humana que quedaban exparcidas en el lugar de muerte de la persona; pero era solamente una suposición mía... nunca había estado en una situación similar antes. Solo he contemplado muertes naturales, he contenido almas, he hecho mi trabajo y eso ha sido todo. Pese a haberme convertido en un shinigami... mi vida aburrida no había cambiado lo suficiente; aún no había tenía un cambio rotundo y completamente interesante. Con esas ideas merodeando en mi cabeza, no me atreví a soltar palabra alguna y me remití a mirarle fijamente a los ojos mientras permanecía callada.
Saltié esa pregunta, la pospuse para el final o al menos hasta comprobarlo con mis propios ojos.
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Hubo un espacio silencioso donde se cortó el hilo de mi pensamiento. Mis ideas descansaron, tomaron un profundo aliento conduciendo las palabras por mis cerdas vocales instantáneamente.
-Orihara-sama, no me animo a responder a su pregunta. Debo comprobar mis ideas con las imágenes vivas. No deseo ser imprudente.
En ese instante Mii-chan se acercó a él, y empujó una de sus manos con su cabeza para intentar poner su cabeza debajo de ella. Mii-chan probablemente había percibido que Orihara-sama querría acariciarle. Inmediatamente interpreté ese acto y se lo mencioné a nuestra visita.
-Si está interesado en Mii-chan, puede acariciarlo... a continuación le hablaré de mi. Nací, crecí y viví aquí, en esta mansión por 15 años de mi aburrida vida. Familia noble, un padre que vive más fuera de la casa que dentro de ella; una madre que pasa más de viajes, ceremonias de té, encuentros con otras señoras que tiempo con su familia. Abuelos que se mudaron de esta casa tiempo atrás y en medio de su mudanza fallecieron en un accidente, jamás llegaron a destino. Como verá mi vida era realmente aburrida; mi única compañía era mi mayordomo, Shikiriyaki Mistler, él era el encargado de mi cuidado. A los 12 años aproximadamente, comencé a escabullirme en las noches en búsqueda de algo interesante... algún tipo de aventura y Mii-chan me seguía, pero a mis 15 años fuimos rodeados, él se les enfrentó... fue asesinado. Mi orgullo no me permitió ser tocada por alguien más, me suicidé. Mi muerte no estaba pronosticada, así que me convertí en un shinigami. Mii-chan en cambio estaba destinado, pero no quisieron dejarme sola en esto, por eso Mistler ahora es un gato. Su cuerpo contenedor desapareció y su alma fue puesta en un gato. Lo suyo era innevitable. Estos cinco últimos años... creí que serían interesantes. No he visto nada novedoso, hasta hoy. Esta es mi largo historia... tan aburrida como vida. Ahora... me pregunto si... ¿Estaría mal suponer que has llegado a mi casa para recolectar información entonces? Un informante debe ser un buen "espía", una persona con una buena capacidad de asimilación de datos... ¿me equivoco?... Siendo así, me atrevería a decir, que usted es un ser muy inteligente.
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-¿Apetece tomar otra taza de té? Agregué para excusarme de haber tocado un tema probablemente incómoda. Utilicé esa pregunta para cambiar de tema, para evitar conversaciones incómodas, o simplemente para romper el terrible silencio que algunas veces se solían dar en reuniones sociales. Este no era un gran evento lleno de personalidades como en las viejas épocas pero aún así, apreciaba el hecho de tener un visitante.
Mi pregunta a los minutos se vió interrumpida por un grito y seguí la vista de Izaya. Su mirada se había dirigido a la ventana, probablemente estaba viendo a través de ella el hermoso espectáculo que se montaba en el cielo. Los colores eran tan reconfortantes para mi.
-Me pregunto lo mismo... No pude decir más. Si bien ahora soy una ser sobrenatural cuya función es velar y decidir quién muere y cómo, a veces hasta alimentándome de las almas humanas, para mi sigue existiendo un gran misticismo alrededor de ello. Muchas veces mis decisiones parecerán cruentas y horribles por is gustos personales, por querer intercambiar algo. Hasta el momento solo había ocurrido una vez, pero el intercambio no funcionó, no había podido conseguir aquella oz, alguien más me la había ganado. Pese a esto, creo que he sido bastante neutral. Leyendo entre los libros de mi galería, había hallado tiempo atrás algo muy interesante: "Shinigamis: Pertenecen a la casta baja de los dioses. Hay relatos que cuentan que estos dioses ayudaron a los humanos a cumplir ciertas tareas." Me pregunto que pensará al respecto aquella persona que se hallaba frente a mi, sentada en el otro extremo de la mesa. En algún momento, si se da... se lo preguntaré.
-Entidades que pueden ver la muerte de alguien más... susurré.
Re: Casa de Rudenberk Celestia
Mi interés siempre había, es y será la recolección de información, más esta vez la platica no tenia que ver en ningún sentido con ello. A pesar de ser de la misma naturaleza, hay una línea delgada entre nosotros, no es exactamente el hecho que yo lleve siendo un "dios" más tiempo, en sí, es el hecho de que mi trabajo esta en una zona sobrenatural, ella ha estado haciendo su labor en la tierra de humanos, por lo que mi interés no era otro que librarme de la soledad extrema, de vez en cuando considerar a alguien un "amigo" sería algo raro en mi naturaleza, o quizás no del todo. La taza se encontraba en su pequeño plato, mi mirada se concentro un poco en aquella taza y el líquido que aun quedaba adentro, no era exactamente cuanta cantidad quedará dentro de el, en sí, me refería a la minúsculas vibraciones que se daban en está. Suspiré levemente, lo más posible es que las brujas estuvieran imitando el juego de un Shinigami, lo cual es "cortar la cabeza".
Escuche atentamente su respuesta, ella midió sus palabras. Una shinigami analítica, me encantaba la idea de encontrar a alguien así. Ladee mi cabeza, su respuesta era que quería ver uno, entonces, yo le enseñaría a de que trataba aquello, sonreí, ahora debía de dar una pequeña explicación. - No sería nada imprudente, pero es muy analítico. Siendo esa su respuesta le explicaré brevemente la razón de porque para nosotros es un negocio que le brindará todas aquellas cosas que los Vampiros y otras especies pueden darle. - Esto se podría considerar como un "regalo de información", está vez no estaba de por medio algo valioso, ni estaba en la búsqueda de intercambio de información. Mi trabajo se pagaba de mejores maneras en el Abismo, en el lugar que me denominaban como el "informante", ahora mi pequeña explicación, sería un tipo de prueba en sí de que sí ella quería podía lograr conseguir cosas que no pasan por la mente. Después de todo, la rutina es aburrida, mi curiosidad y mi naturaleza pueden a causar un poco de problemas, aunque, yo siempre seré el que observe.
Ahora, comenzando.
Me incline un poco hacia adelante, para colocar mis codos sobre mis rodillas con una suave sonrisa, mi sonrisa era neutral, no expresaba ningún sentimiento aunque pareciera feliz. - Un fragmento de sangre es conocida en mi mundo como la parte "pura" de uno humano. A la vista humana es inexistente, a nuestra vista tiene la forma de un diamante completamente claro, los que yo recolecto siempre son aquellos que están en el centro del "Corazón" humano, son los más valiosos. Los vampiros pagarán lo que sea, incluso fidelidad por siempre. - Recordando el hecho que somos inmortales, era algo divertido decir para "siempre", suena muy irónico. Debo aceptar además del hecho de obtener cosas valiosas, entre ellas muchos discos de música clásica, mi interés era también tener una mejor conexión con los vampiros.
Muchos de mis pensamientos empezaron a salir, miles de hipótesis y forma de interpretar estás, pero... oh.
Voltee mi rostro hacia abajo, para encontrarme con aquel adorable gato, aun sabiendo que el no era un gato común, mi debilidad por aquella especie siempre sería un genuino amor, diferente a mi amor por mis amados humanos. Ante aquel acto, de inmediato acaricie a aquel mayordomo, su pelaje era sumamente suave, tan suave que en un momento podía sentir que tenia una sensación parecida a la que mis humanos expresaban cada vez que tocaban a un felino. Escuche atentamente su historia, en cierto modo acerté sobre su suicidio, una muy buena fuente de información me explico que cuando un humano se suicida, recibe un "castigo", aunque depende del porque hizo aquel acto. Ella fue un caso especial, después de todo, aunque ser un Shinigami fuera un castigo que se llevará todos tus sentimientos, dejándote solamente una mente fría. También tenia sus partes buenas, no me refería a la inmortalidad en si, era algo más.
Ante aquello, creo que la parte que más me intereso, fue aquella sobre la muerte de ambos, ladee mi cabeza para observar directamente en los ojos de Mii-chan, me preguntaba, que sería estar atrapado en el cuerpo de un felino. Subí mi vista hacia la señorita, con una voz suave. - Su mayordomo me es agradable, me recuerda a mi mascota. Chrome fue torturada para algún tipo de ritual, incluso decapitandola. Un 30 de marzo de 1790, en uno de los callejones del es-Reino de Preußen, poco antes de su desaparición de este reino para ser exactos. Reviví a Chrome, ha sido el único ser que ha vuelto a la vida por mi. En cierta manera, su relación con Mii-chan es como la de Chrome y yo. - Sonreí, para así dejar ir a Mii-chan el tendría muchas cosas que hacer, después de todo el era el mayordomo de está residencial. Su segunda pregunta, la tenia analizada desde que mencione que era un informante. Me senté una vez mas recto, para sujetar mi taza de té, esbozando una sonrisa. - Gracias, digo lo mismo. La señorita ha demostrado tener un coeficiente intelectual muy elevado, incluso el toque de sus palabras es cuidadoso. No debería preocuparse, nunca he vendido información de un Shinigami. - Esto era cierto, a pesar de ser un informante, el vender información de un Shinigami, no me es agradable, no era exactamente por la fidelidad a los de mi naturaleza, aunque nosotros pocas veces interactuaramos con los demás, tampoco era bueno que los demás supieran "debilidades" en nosotros, a pesar de ser la clase más baja de los dioses, nosotros eramos una de las clases más altas de nuestro propio mundo.
Ante su nueva pregunta, asentí en un muy suave y leve movimiento con mi cabeza. El té estaba delicioso, además, debía ocupar mi mente en algo, no sería bueno salir con las "muñecas rotas" mientras están despedazan humanos, aunque, no estaba celoso, las brujas no sienten "amor" por mis humados, solamente lujuria y deseo, muy ajeno a mi por ellos.
Suspiré.
Al parecer, ambos teníamos una naturaleza curiosa. Ella estaba muy emocionada por le hecho de saber como sería la "cena" de está noche, ningún Shinigami vendría está noche, eso significaba que la noche sería por completo nuestra, cosa que me hacia muy feliz, sería como compartir la comida, almas de personas en pena, que por la atracción carnal perdieron todo. Desde cualquier punto de vista humano, viendo el mío, sonaría un poco tétrico el decirlo a la ligera, pero, únicamente me importaban las opiniones de persona analíticas, como la dama que tenía enfrente. La noche joven, fue bañada en sangre por las muñecas rotas, poco a poco, estás se irán, será nuestro deben recolectar aquella armas con rapidez, haciendo un trabajo excelente, pero todo con gracia y elegancia, escuche su expresión y sonreí. - Entidades condenadas a la eternidad. - Agregue, después de todo, seriamos infinitos por siempre y para siempre. A veces esas palabras sonaban tan vacías, pero no importaba en lo absoluto, el pasado es tan solo una página de la vida, me agradaba más escribir mi historia en cada respiro que daba, aunque este libro jamás tuviera un final. Sonreí levemente, adoraba mis pensamientos, era como jugar "Ajedrez" en mi mente.
Escuche atentamente su respuesta, ella midió sus palabras. Una shinigami analítica, me encantaba la idea de encontrar a alguien así. Ladee mi cabeza, su respuesta era que quería ver uno, entonces, yo le enseñaría a de que trataba aquello, sonreí, ahora debía de dar una pequeña explicación. - No sería nada imprudente, pero es muy analítico. Siendo esa su respuesta le explicaré brevemente la razón de porque para nosotros es un negocio que le brindará todas aquellas cosas que los Vampiros y otras especies pueden darle. - Esto se podría considerar como un "regalo de información", está vez no estaba de por medio algo valioso, ni estaba en la búsqueda de intercambio de información. Mi trabajo se pagaba de mejores maneras en el Abismo, en el lugar que me denominaban como el "informante", ahora mi pequeña explicación, sería un tipo de prueba en sí de que sí ella quería podía lograr conseguir cosas que no pasan por la mente. Después de todo, la rutina es aburrida, mi curiosidad y mi naturaleza pueden a causar un poco de problemas, aunque, yo siempre seré el que observe.
Ahora, comenzando.
Me incline un poco hacia adelante, para colocar mis codos sobre mis rodillas con una suave sonrisa, mi sonrisa era neutral, no expresaba ningún sentimiento aunque pareciera feliz. - Un fragmento de sangre es conocida en mi mundo como la parte "pura" de uno humano. A la vista humana es inexistente, a nuestra vista tiene la forma de un diamante completamente claro, los que yo recolecto siempre son aquellos que están en el centro del "Corazón" humano, son los más valiosos. Los vampiros pagarán lo que sea, incluso fidelidad por siempre. - Recordando el hecho que somos inmortales, era algo divertido decir para "siempre", suena muy irónico. Debo aceptar además del hecho de obtener cosas valiosas, entre ellas muchos discos de música clásica, mi interés era también tener una mejor conexión con los vampiros.
Muchos de mis pensamientos empezaron a salir, miles de hipótesis y forma de interpretar estás, pero... oh.
Voltee mi rostro hacia abajo, para encontrarme con aquel adorable gato, aun sabiendo que el no era un gato común, mi debilidad por aquella especie siempre sería un genuino amor, diferente a mi amor por mis amados humanos. Ante aquel acto, de inmediato acaricie a aquel mayordomo, su pelaje era sumamente suave, tan suave que en un momento podía sentir que tenia una sensación parecida a la que mis humanos expresaban cada vez que tocaban a un felino. Escuche atentamente su historia, en cierto modo acerté sobre su suicidio, una muy buena fuente de información me explico que cuando un humano se suicida, recibe un "castigo", aunque depende del porque hizo aquel acto. Ella fue un caso especial, después de todo, aunque ser un Shinigami fuera un castigo que se llevará todos tus sentimientos, dejándote solamente una mente fría. También tenia sus partes buenas, no me refería a la inmortalidad en si, era algo más.
Ante aquello, creo que la parte que más me intereso, fue aquella sobre la muerte de ambos, ladee mi cabeza para observar directamente en los ojos de Mii-chan, me preguntaba, que sería estar atrapado en el cuerpo de un felino. Subí mi vista hacia la señorita, con una voz suave. - Su mayordomo me es agradable, me recuerda a mi mascota. Chrome fue torturada para algún tipo de ritual, incluso decapitandola. Un 30 de marzo de 1790, en uno de los callejones del es-Reino de Preußen, poco antes de su desaparición de este reino para ser exactos. Reviví a Chrome, ha sido el único ser que ha vuelto a la vida por mi. En cierta manera, su relación con Mii-chan es como la de Chrome y yo. - Sonreí, para así dejar ir a Mii-chan el tendría muchas cosas que hacer, después de todo el era el mayordomo de está residencial. Su segunda pregunta, la tenia analizada desde que mencione que era un informante. Me senté una vez mas recto, para sujetar mi taza de té, esbozando una sonrisa. - Gracias, digo lo mismo. La señorita ha demostrado tener un coeficiente intelectual muy elevado, incluso el toque de sus palabras es cuidadoso. No debería preocuparse, nunca he vendido información de un Shinigami. - Esto era cierto, a pesar de ser un informante, el vender información de un Shinigami, no me es agradable, no era exactamente por la fidelidad a los de mi naturaleza, aunque nosotros pocas veces interactuaramos con los demás, tampoco era bueno que los demás supieran "debilidades" en nosotros, a pesar de ser la clase más baja de los dioses, nosotros eramos una de las clases más altas de nuestro propio mundo.
Ante su nueva pregunta, asentí en un muy suave y leve movimiento con mi cabeza. El té estaba delicioso, además, debía ocupar mi mente en algo, no sería bueno salir con las "muñecas rotas" mientras están despedazan humanos, aunque, no estaba celoso, las brujas no sienten "amor" por mis humados, solamente lujuria y deseo, muy ajeno a mi por ellos.
Suspiré.
Al parecer, ambos teníamos una naturaleza curiosa. Ella estaba muy emocionada por le hecho de saber como sería la "cena" de está noche, ningún Shinigami vendría está noche, eso significaba que la noche sería por completo nuestra, cosa que me hacia muy feliz, sería como compartir la comida, almas de personas en pena, que por la atracción carnal perdieron todo. Desde cualquier punto de vista humano, viendo el mío, sonaría un poco tétrico el decirlo a la ligera, pero, únicamente me importaban las opiniones de persona analíticas, como la dama que tenía enfrente. La noche joven, fue bañada en sangre por las muñecas rotas, poco a poco, estás se irán, será nuestro deben recolectar aquella armas con rapidez, haciendo un trabajo excelente, pero todo con gracia y elegancia, escuche su expresión y sonreí. - Entidades condenadas a la eternidad. - Agregue, después de todo, seriamos infinitos por siempre y para siempre. A veces esas palabras sonaban tan vacías, pero no importaba en lo absoluto, el pasado es tan solo una página de la vida, me agradaba más escribir mi historia en cada respiro que daba, aunque este libro jamás tuviera un final. Sonreí levemente, adoraba mis pensamientos, era como jugar "Ajedrez" en mi mente.
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Re: Casa de Rudenberk Celestia
Seguí observándolo y posando mi mirada en cada uno de sus gestos al igual que mis oídos yacían muy calmados captando cada minuciosa palabra que salía de los labios de visitante. El había dicho ser un Shinigami que registra información, pero esta vez quien estaba adquiriendo esa información, era yo. Me pregunto cuánto sangrarían mis manos para guardar aquella información, o cuánto serían cocidos mis labios para que no soltara esa información. Podría suceder que luego pidiera algo a cambio, o simplemente él lo viera como algo insignificante. -¿podría ser que despierto confianza en Orihara-sama?, o… ¿solo me dará los detalles a expensas de algo a cambio? En este caso no es curiosidad, pero viniendo de un ser que acumula información, no creo que esté en su naturaleza el dársela a alguien más, ¿o me estoy equivocando, Sr? Sonreír ladina y minuciosamente mientras seguía con su mirada el ladeo de su cabeza.
Sus palabras se escurrieron entre mis oídos, mil preguntas atormentaban mi cabeza. Pocas pude captar de forma completa, y algunas de ellas pudieron salir de mi boca. Debo decir que es interesante mantener lazos con algunos otros seres diferentes de lo que actualmente soy, ¿cierto? Aún así, ¿cree Orihara-sama que podría obtener esa fidelidad de una forma utópica? Como verá no necesito un mayordomo, tampoco un jardinero ni una persona que esté 24 horas al día en esta casa cuidando de mis actos, por tanto, este tipo de compromisos no me interesan. Tampoco me gusta ensuciar mis manos tocando sangre, por ello las noches que he tenido que salir como cuestiones de mi nuevo “oficio” siempre he llevado mi sombrilla, si veo que podría salpicarme al momento de la decapitación, ella me cubriría de cada gota. Pero… hace rato usted hizo una suposición… trajo a la mesa y como banquete principal, una guerra mágica. Que somos nosotros más que unas mulas de la muerte, trayendo y llevando muertos. Matando y viviendo años en soledad hasta ser descubiertos por otro ser con quien compartir afinidades y un buen té. Por eso, ese intercambio si surgiera… me gustaría tener algo más que un séquito a cambio, quiero un espía. Tanto los vampiros, como las brujas y magos, llevan muchos actos clandestinos entonces particularmente no puedo entrometerme pero que no dejan de interesarme, por ello… quisiera tener un espía infiltrado en cada una de estas áreas. No quiero la información, sino lo que hay detrás de ella. Tengo muchas cosas qué conseguir aún, muchos libros qué conseguir, y muchos objetos extraños qué coleccionar. Estos actos clandestinos siempre dejan desechos de valor. Bajé mi mirada y sostuve mi cabeza con una de mis manos mientras masajeaba mi frente. De verdad, recordar que alguna vez estuve tan cerca de tener algo tan valioso entre mis manos para ser guardado entre los estantes de libros de mi galería, hacía que mi sangre hirviera y mis ojos punzaran ese color rojizo. Un ser como yo, amante de las apuestas de objetos, era difícil controlar su mal genio en situaciones donde los recuerdos se instalaban en la cabeza. Competitiva, terca, arrogante eran palabras que por momentos de descontrol, hacían que se vieran bien en mí.
Mii-chan me envío una mirada despreocupada, bastante vacía que pareció contagiarme haciendo que recobrara mi postura y respondiera al comentario que había hecho nuestra visita. Seguramente usted no está involucrado en esa famosa desaparición del Reino de Preußen así que no preguntaré al respecto pero me gustaría conocer un día de estos a Chrome, si fuera posible. Y… acerca de mi información… debo admitir que me trae seguridad su neutralidad, y consigo… confianza. Después de todo, no creo que vea a uno de nosotros frecuentemente. Al final de cuenta, nosotros somos los únicos que vivimos para siempre, ¿no lo cree? Esbocé la sonrisa gentil que había regresado a mi rostro, y mi tensión se había convertido en calma y pasividad. La eternidad a la que él se refería, había sonado algo completamente vacío y hasta un poco aburrido, sin sentido. La parte humana que aún permanecía conmigo sintió un poco de dolor al oírlo. Conocía mis propios defectos, sabía de muchos de mis errores… pero también sabía que pese a mis malos hábitos de dejarme llevar por mis gustos, muchas veces acarreaba problemas y si bien era limitada y muy controlada por y gracias a Mii-chan; en un futuro esa humanidad que aún me pertenecía, desaparecería… y esa fría eternidad esta vez saldría de mi boca. En mi agenda debo anota día a día la palabra “determinación” para ayudarme a buscar algo qué hacer o de qué encargarme para que los siglos que iban a venir por mí, no trajeran consigo una vida sin sentido. Mi galería incrementará, mi colección se hará más fuerte, mi abastecimiento de armas intrigantes seguiría aumentando hasta hacer de mi propia mansión… una especie de museo personal. Esto ocupará mi tiempo, y me tomará años interminablemente. ¿Sería eso una solución al problema o en ese caso a veces tener un vínculo cercano con alguien más, ayuda a escapar de la soledad abrumadora? Siendo así… entonces no estaría mal tener un fiel seguidor, un buen amigo o un camarada.
Probablemente, minutos atrás había hablado demás. Creo que debería aprender a callar y dejar de ser tan curiosa.
Sus palabras se escurrieron entre mis oídos, mil preguntas atormentaban mi cabeza. Pocas pude captar de forma completa, y algunas de ellas pudieron salir de mi boca. Debo decir que es interesante mantener lazos con algunos otros seres diferentes de lo que actualmente soy, ¿cierto? Aún así, ¿cree Orihara-sama que podría obtener esa fidelidad de una forma utópica? Como verá no necesito un mayordomo, tampoco un jardinero ni una persona que esté 24 horas al día en esta casa cuidando de mis actos, por tanto, este tipo de compromisos no me interesan. Tampoco me gusta ensuciar mis manos tocando sangre, por ello las noches que he tenido que salir como cuestiones de mi nuevo “oficio” siempre he llevado mi sombrilla, si veo que podría salpicarme al momento de la decapitación, ella me cubriría de cada gota. Pero… hace rato usted hizo una suposición… trajo a la mesa y como banquete principal, una guerra mágica. Que somos nosotros más que unas mulas de la muerte, trayendo y llevando muertos. Matando y viviendo años en soledad hasta ser descubiertos por otro ser con quien compartir afinidades y un buen té. Por eso, ese intercambio si surgiera… me gustaría tener algo más que un séquito a cambio, quiero un espía. Tanto los vampiros, como las brujas y magos, llevan muchos actos clandestinos entonces particularmente no puedo entrometerme pero que no dejan de interesarme, por ello… quisiera tener un espía infiltrado en cada una de estas áreas. No quiero la información, sino lo que hay detrás de ella. Tengo muchas cosas qué conseguir aún, muchos libros qué conseguir, y muchos objetos extraños qué coleccionar. Estos actos clandestinos siempre dejan desechos de valor. Bajé mi mirada y sostuve mi cabeza con una de mis manos mientras masajeaba mi frente. De verdad, recordar que alguna vez estuve tan cerca de tener algo tan valioso entre mis manos para ser guardado entre los estantes de libros de mi galería, hacía que mi sangre hirviera y mis ojos punzaran ese color rojizo. Un ser como yo, amante de las apuestas de objetos, era difícil controlar su mal genio en situaciones donde los recuerdos se instalaban en la cabeza. Competitiva, terca, arrogante eran palabras que por momentos de descontrol, hacían que se vieran bien en mí.
Mii-chan me envío una mirada despreocupada, bastante vacía que pareció contagiarme haciendo que recobrara mi postura y respondiera al comentario que había hecho nuestra visita. Seguramente usted no está involucrado en esa famosa desaparición del Reino de Preußen así que no preguntaré al respecto pero me gustaría conocer un día de estos a Chrome, si fuera posible. Y… acerca de mi información… debo admitir que me trae seguridad su neutralidad, y consigo… confianza. Después de todo, no creo que vea a uno de nosotros frecuentemente. Al final de cuenta, nosotros somos los únicos que vivimos para siempre, ¿no lo cree? Esbocé la sonrisa gentil que había regresado a mi rostro, y mi tensión se había convertido en calma y pasividad. La eternidad a la que él se refería, había sonado algo completamente vacío y hasta un poco aburrido, sin sentido. La parte humana que aún permanecía conmigo sintió un poco de dolor al oírlo. Conocía mis propios defectos, sabía de muchos de mis errores… pero también sabía que pese a mis malos hábitos de dejarme llevar por mis gustos, muchas veces acarreaba problemas y si bien era limitada y muy controlada por y gracias a Mii-chan; en un futuro esa humanidad que aún me pertenecía, desaparecería… y esa fría eternidad esta vez saldría de mi boca. En mi agenda debo anota día a día la palabra “determinación” para ayudarme a buscar algo qué hacer o de qué encargarme para que los siglos que iban a venir por mí, no trajeran consigo una vida sin sentido. Mi galería incrementará, mi colección se hará más fuerte, mi abastecimiento de armas intrigantes seguiría aumentando hasta hacer de mi propia mansión… una especie de museo personal. Esto ocupará mi tiempo, y me tomará años interminablemente. ¿Sería eso una solución al problema o en ese caso a veces tener un vínculo cercano con alguien más, ayuda a escapar de la soledad abrumadora? Siendo así… entonces no estaría mal tener un fiel seguidor, un buen amigo o un camarada.
Probablemente, minutos atrás había hablado demás. Creo que debería aprender a callar y dejar de ser tan curiosa.
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