Bosque Primaveral [Libre]

Me encontraba paseando tranquilamente por la orilla del lago mientras notaba caer sobre mi pelo las dulces y suaves hojas de los cerezos en flor - queda poco tiempo para que acabe esta preciosa estación... - me dije a mi misma, suspirando. Recordé que en este bosque, siempre había sido primavera, desde que yo recordaba - ¿Será un bosque mágico? - me dije a mi misma algo sorprendida, pues no me extrañaría nada. Siempre le habían sucedido cosas extrañas, y comparadas, el bosque mágico, sería lo más normal de todo.

Abrí los ojos para encontrar un chico cerca de mi preguntándome sobre mi estado- E-estoy bien-dije sonrojada, intentando sonreír. Fue hay cuando note algo cambiar, algo que me cambiaría la vida, note a mi alrededor un plumaje blanco como la nieve, pensé en un animal. Me gire para notar que que las alas procedían de mi espalda. Me puse de pie lo mas rápido que pude, mirando las alas con sorpresa y susto ¿Este era mi verdadero yo? ¿Un ángel?

Por inercia las desplegué para medir dos metros de un lado a otro, luego mire al chico y me escondí detrás de uno de los arboles con olor a caramelo- ¿Qui-quien eres tu?- asome mi vista para mirarlo detenidamente, tenia que admitirlo era muy lindo. Me sonroje mas al pensar en ello

Salí de mi escondite para mirarlo con curiosidad. Plegué mis alas tras de mi y me sorprendí de lo fácil que fue, se movían como cualquier otra persona moviera una mano, eran una parte viva de mi.- Me llamo Naminé, es un placer conocerte- hice una pequeña reverencia en forma de saludo

Hacia cinco minutos pensaba que era humana y después ese sentimiento cambio a ser un ángel, era algo difícil para mi- Podrías decirme, ¿Por que no has huido de mi? Es decir soy rara y cualquier persona lo habría echo- baje la mirada tristemente esperando no haberle incomodado

Me sonroje por sus palabras, realmente yo siempre pensé lo mismo. Realmente no conocía a las personas de verdad, el era el primer chico con el cual había hablado. No quería que tuviera mala impresión de mi, el era algo muy importante para mi.

-Muy poco tiempo llevo con estas alas pero supongo que son algo especial para mi- sonreí dulcemente mientras unía mis manos en mi pecho-Mis padres me abandonaron a una edad muy temprana pensando que era un monstruo supongo que son lo único que tengo- baje la mirada tristemente, mi vida era triste, demasiado triste. ¿Por que se lo contaba? Empezaba a confiar en el, me agradaba.

Estaba en la orilla del lago, presenciando el encuentro entre aquel chico y Nami, lo cual me parecía precioso. Podía ver las flores de cerezo cayendo entre ellos dos, haciendo que fuese una preciosa escena de cine romántico. Decidí subir a un árbol para verlo mejor. Así que, eché la vista a los que había, y como era una neko, tenía experiencia en descubrir cuáles eran mejor para subir, el idóneo, era uno que crecía por centro del agua, y asomaba a unos tres metros por encima de la superficie acuática, así que subí. Al llegar a la copa, veía la escena estupendamente bien, podía ver a aquellos dos tortolitos. Algo, me empujó, y caí al agua, y como todos los gatos, la odio.

- ¡¡AAAAHHH!! - se podían oir mis gritos por todo el bosque - ¡A-AYUDA! ¡NO SE NADAR! - decía salpicando agua a todas partes con los brazos.

Me toque la rosa en mi pelo, mis mejillas debían de tener el mismo tono. Sonreí dulcemente cuando un ruido se escucho, le di la espalda al chico para ver como algo caía al agua, agarre la mano de Stan y corrí a la orilla del lago en la que pude notar a una de mis amigas ahogándose. Sople fuertemente creando una burbuja de aire. La burbuja atrapo a Vanilla dentro y la trajo a la orilla donde yo estaba.

-¿E-estas bien? Vanilla dime que estas bien, por favor- me incline hacia ella preocupada, mis amigos eran algo muy importante para mi. Moví las alas nerviosamente esperando que hablara

Me quedé totalmente inmóvil. ¡Entré en una burbuja! ¿Cómo era eso posible? Segundos después, vi a Naminé, ahora lo entendía todo. Cunado pude salir de aquella cosa, le abracé fuertemente, para darle las gracias por lo que había hecho, a lo que vi llegar por detrás al chico que estaba con ella, me acerqué a el, y le di la mano - Encantada, soy Vanilla - miré al chico y sonreí. Era rubio, con el pelo por los hombros, y un tono azul de ojos, precioso.

Suspire aliviada al saber que Vanilla se encontraba bien, que había llegado a tiempo. Me puse junto a Stan y me di cuenta de algo, el podía medir lo mismo que yo, sus ojos eran azules como los míos y su pelo era también igual que el mio y podría decir con seguridad que tenia mi misma edad. Realmente eso me impresionaba bastante

-Su nombre es Stan- dije moviendo mis alas aun con nerviosismo por lo ocurrido anteriormente- ¿E-estas segura de que estas bien? ¿No tienes ninguna herida o algo que deba curar?-me acerque a ella preocupada por su estado

negué con la cabeza y sonreí - Estoy bien, no me ha pasado nada, has sido rápida en llegar. Gracias - dije mientras escurría mi pelo, que estaba empapado.

Durante unos segundos después de hablar con Nami, miraba de reojo a aquel chico. Me parecía familiar.

Escuchar a Vanilla me había aliviado bastante, si perdiera a una de mis primeras amigas no se lo que haría.-Me alegro de que estés bien Vanilla-chan- Note sus mejillas rojas, empece a sentirme incomoda. Note que sobraba, que no hacia falta que estuviera allí. Que tres son multitud

-Si-siento mucho molestaros a los dos, me-mejor me voy- Me di la vuelta y corrí en dirección al bosque, no se porque empece a llorar pero no pare de correr hasta que me caí, me puse de rodillas en el suelo y seguí llorando. Lo único que hacia era molestar, si no existiera muchas personas serán mas felices, pase mis manos por mis ojos pero las lagrimas no paraban de brotar

Nami-chan.. - miré como se iba triste, yo no quería que se fuera, me gustaba estar con ella, al fin y al cabo, era mi amiga, y yo quería estar con mis amigas. - D-Deberíamos ir a buscarle.. - le dije al chico.

¿Hacia a dónde habrá ido? - le dije al chico, algo nerviosa, no sabía donde podría estar, este bosque era algo peligroso para andar solo por él, si no lo conocías bien. Mis mejillas seguían estando coloreadas, cada vez más, estaba sola con él, mi corazón latía fuertemente, aunque, no lograba entender por qué. Nunca cantes había sentido algo así.

Será mejor que la busquemos por separado. - le dije ya más calmada, y me fui corriendo en la dirección en la que se fue nami. - ¡NAMI! ¡NAMI! - iba gritando su nombre por todos lados para ver si me respondía, aunque no conseguía respuesta de la chica.

No le encuentro... que extraño... pensaba que conocía bien este sitio... - dije mientras corría buscando a Naminé. Oía unos pasos, y me paré. Mirando al frente. Notaba que había algo o alguien detrás mía. Me atreví a darme la vuelta, después de todo ¿Qué podría ser?

- ¡AAHH! - volví a soltar otro de mis famosos gritos. Lo que quiera que fuese aquello, me había mordido, dejándome en el suelo, con una grave herida en mi brazo, el cuál, estaba lleno de sangre.

Stan llego corriendo, y se acercó a mi, puso un trozo de su manga como venda en mi brazo, y me dijo que pararía de sangrar, yo asentí, confiaba en él. Me dijo que tendría que llevarme cargada para buscarle, a lo que me sonrojé un poco - Lo que sea por Nami... - le dije algo seria. Intenté levantarme, con dificultad me puse en pie. No podía mover el brazo, no lo sentía. Estaba realmente preocupada, pero, no por mi, si no por Nami.